viernes, 6 de enero de 2012

La Biblioteca Municipal de Roquetas atiende a unos 30.000 usuarios al año

La Biblioteca Municipal de Roquetas de Mar es uno de los centros públicos que disfruta de mayor vida y actividades en toda la ciudad. Durante su horario de apertura son cientos de personas todos los días y miles todos los meses los que utilizan sus instalaciones. DANIELLA MONTENEGRO.-LAEDICION.NET.-: En ellas no solamente se pueden encontrar las últimas novedades literarias, con la posibilidad de llevarlas a casa en préstamo, sino que se puede disfrutar de varios periódicos del día o atrasados, encicopledias, libros de texto, estudios universitarios, videos o incluso acceso gratuito a internet durante media hora utilizando uno de los cinco ordenadores públicos, o durante todo el horario de apertura si se utiliza el sistema wifi instalado en toda la biblioteca. Estas son solamente algunas de las posibilidades que los usuarios tienen para disfrutar de la lectura y los servicios que se ofrecen al público. Para los amantes de las estadísticas hay que reseñar que son aproximadamente unos 30.000 usuarios los que al año utilizan los servicios de la Biblioteca Municipal. La cifra coincidiría, de forma solamente aproximada, con el número de volúmenes existentes para consulta del público. Estas cifras son una estimación, ya que las reales se están elaborando actualmente por los empleados de la Biblioteca para enviar a la Junta de Andalucía los datos de la memoria 2011. Por ejemplo, en febrero del año pasado 662 usuarios utilizaron el servicio de ordenador, que permite usarlo gratuitamente durante 30 minutos a cada persona. La inmensa mayoría de ellas son inmigrantes de color adultos, con un pequeño porcentaje de niños que los utilizan para hacer sus trabajos escolares. El horario de apertura es de ocho y media de la mañana hasta las dos y media de la tarde, y de cuatro de la tarde a diez de la noche, de lunes a jueves, durante todo el año. Solamente en las fiestas de Navidad el horario La directora del centro, María Luisa Clares, afirmaba, consultando el correspondiente libro de asientos, que “tenemos catalogados exactamente 26.992 libros y varios miles más sin catalogar. Además contamos con 8.450 socios que disponen del correspondiente carnet que les permite sacar libros en préstamo. Entre estos socios hay mayoría femenina entre los adultos, pero curiosamente en el sector infantil hay más niños que niñas”, destaca esta funcionaria que lleva desde 1992 en este servicio, aunque una treintena de años como trabajadora municipal. Amadori Montes es la otra trabajadora de un servicio que a todas luces necesitaría más personal y mayor vigilancia especialmente por las tardes congrega un volumen de visitas que literalmente colapsa el trabajo de estas personas, quienes con toda la paciencia y buena voluntad del mundo intentan siempre con una sonrisa satisfacer los deseos de los usuarios. Sin embargo la directora afirma que está muy orgullosa del comportamiento de todos los que acuden a la Biblioteca Municipal. El centro, que fue reformado el año pasado, tiene a disposición de todos cinco ordenadores, el área wifi, una sala infantil para niños hasta diez años -a veces las madres inmigrantes dejan allí los niños mientras trabajan- una sala para estudio donde pasan cientos de horas universitarios y opositores, así como la sala general. Las novelas para adultos tienen un plazo de préstamo de un mes, y de quince días en las secciones juvenil e infantil, así como las materias específicas. “¿Quién dice que no se lee?”, se preguntaba la directora de la Biblioteca, mientras atendía a varias personas. Unas devolvían libros, otras los sacaban en préstamo, otros se apuntaban a la lista del ordenador. Entre sus curiosas anécdotas durante tantos años de servicio recuerda que “hace poco vino un chaval de unos catorce años pidiendo la biografía de Bisbal, pero escrito con V. Le preguntamos un poco más y resultaba que su profesor le había encargado un trabajo sobre Vivaldi y él había entendido Bisbal, y lo escribía con V. Nos reímos mucho y le ayudamos al chaval en todo lo que pudimos”, recuerda María Luisa Clares con cariño.

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