miércoles, 22 de febrero de 2012

Unos trabajadores viajan desde Almería a Villena para reclamar un impago

Los afectados protagonizaron durante varias horas un plante con pancartas delante de las oficinas LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin.-La crisis no conoce fronteras y los impagos no son solo responsabilidad de las administraciones, sino que se contagian entre las propias empresas que participan en una obra pública. Esto es lo que le ha ocurrido a un grupo de currantes de un pueblo de la provincia de Almería que ayer se desplazaba hasta Villena para protestar por el impago de unos trabajos realizados en la ciudad de Almería para una empresa afincada en la capital del Alto Vinalopó. Los damnificados, hartos ya de reclamar lo suyo, se levantaron ayer bien temprano para recorrer a bordo de un furgón los casi 300 kilómetros de distancia que separa el pequeño municipio de Alhama de Almería de Villena. Una vez allí, trataron de negociar con los responsables de Saico una solución amistosa, antes de tomar la decisión de plantarse frente a las oficinas de la mercantil con sendas pancartas incluidas que les sirvieron para divulgar su problema. El representante de la empresa almeriense llegó a proponer a Saico que efectuase una cesión de crédito al Ayuntamiento de Almería, contratista de la obra, para que el Consistorio «nos abonase la factura directamente, pero se negaron a hacerlo así», lamentaba Gabriel Martínez, gerente de Fama(Fábrica de Muebles Alhameña). Entonces, a los trabajadores no les quedó otra vía que hacer pública su situación. «Nos dijeron que hiciésemos lo que quisiéramos porque no nos podían pagar porque a ellos todavía les debe dinero la administración», según señaló ayer a este periódico Gabriel Martínez, gerente de la empresa perjudicada. Así pues, los afectados desplegaron sendas pancartas y se plantaron delante de las oficinas de la mercantil, situadas en pleno centro de la ciudad, donde permanecieron desde poco después de las 9 de la mañana hasta que se puso el sol. Cabe reseñar que, durante algunos momentos, a los currantes almeriense se le unieron otros trabajadores de la misma localidad y poblaciones cercanas que también acumulan impagos por parte de la mercantil. Los manifestantes recibieron, asimismo, la solidaridad de muchos vecinos que se acercaron al lugar de la concentración para informarse de su reivindicación. «Los vecinos de Villena se han portado muy bien con nosotros, nos han ofrecido su casa, comida y hasta una notaría nos ha ofrecido sus aseos», según relataba ayer Gabriel a este periódico. No obstante, los manifestantes -quienes agradecen la hospitalidad de los villeneros- llegaron a Villena bien pertrechados de alimentos, bebida e, incluso, sillas de plástico para soportar la larga jornada de protesta.

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