La Pantoja humillada en la televisión

Todo parecía ir como la seda. Atrás quedaba casi una década de persecuciones y ofensas, de escarnio, mofa y befa. Isabel Pantoja había conseguido reconciliarse con el mundo a través de Telecinco, la cadena que más palos le ha dado durante años. LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin..-La tonadillera fumó la pipa de la paz con Paolo Vasile y firmó un contrato multimillonario que incluía trabajo para su Paquirrín y su sobrina, logró los piropos de Sálvame, que la crucificó durante meses por el caso Malaya, dio las campanadas con su bestia negra Jorge Javier Vázquez y, sobre todo, consiguió la congelación de una miniserie sobre su vida que mostraba con excesiva crudeza aspectos íntimos de su relación con Encarna Sánchez. Todo quedó en agua de borrajas el día que Pantoja intervino telefónicamente en un programa de Antena 3. El castigo por haberse ido de la lengua, vulnerando la cláusula de exclusividad estipulada en un contrato valorado en millón y medio de euros, ha sido la emisión el último lunes del biopic pantojil Mi gitana, que dormitaba en un cajón desde hace muchos meses. El material es duro, muy duro, con imágenes morbosas que hacen referencia explícita a la amistad que la folclórica mantuvo con la periodista Encarna Sánchez. La cantante ha tenido muchos amores pero todos le han salido rana. El último, Julián Muñoz, la acompañará en el banquillo de los acusados el próximo mes de junio. Este es el primer peaje que Pantoja ha pagado por su calentón verborreico. Pero hay más. Para satisfacer a la cadena, que le ha eximido de pagar una indemnización de dos millones de euros por violar la exclusividad, tendrá que aparecer en varios especiales en prime time y concederá una entrevista a tumba abierta sobre el juicio de la Operación Malaya, además de participar en algunos programas. Quienes la conocen dicen que es lista y ambiciosa. Extraño binomio para alguien que siempre tuvo problemas con los afectos y nunca tuvo una cuenta corriente boyante