viernes, 15 de junio de 2012

Belén Ordóñez vive en una residencia para convalecientes



LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-El enfisema pulmonar que padece Belén Ordóñez, de 55 años, le ha dado un monumental susto. En su último ingreso, decidieron no subirla a la UCI para que pudiera morir rodeada de su familia, a la que llamaron al completo, incluida su amiga Lolita. Ahora, vive en una residencia para convalecientes como ella que viven solos y necesitan que les cuiden “aquí estoy encantada, pero en cuanto me ponga bien, vuelvo a casa”. Dice que la residencia es cara, pero que se la paga ella con los alquileres de los locales que le dejó su padre “además, una amiga cuida mucho de mí. Con esto, tengo más que suficiente”. No quiere ni oír hablar de pedir ayuda a sus sobrinos Fran y Cayetano “bastante tienen poniéndose delante de un toro como para que vaya yo a pedirles encima”.
Recordemos que Belén ha reconocido en alguna ocasión que eso de administrar el dinero no era la especialidad de su hermana ni la de ella, y que no se arrepentía de no haber guardado dinero “¿Y lo que nos hemos divertido viajando, invitando a nuestros amigos y dándoles cosas a los demás? ¿Y lo que hemos disfrutado, y la gente a la que ha dado de comer mi hermana?” En fin, filosofías de vida con sus pros y sus contras, aunque los contras sólo se ven cuando vas cumpliendo años, claro.
Belén ha declarado a La Otra Crónica de El Mundo que ya solo fuma un cigarrillo después de comer, pero promete que “el lunes lo dejo del todo”. A ver si es verdad, porque su enfermedad y el tabaco son claramente incompatibles.


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