El CGPJ y el Supremo buscan presidente

Fernando de Rosa se perfila como relevo de Dívar al frente de ambos órganos judiciales
Agencias / Madrid El CGPJ y del Supremo ya dan por cerrada la etapa de Dívar al frente de ambos órganos y han comenzado los movimientos en busca de sucesor.

Según la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), una vez que se produzca la dimisión o cese del presidente del CGPJ, automáticamente el vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces, el conservador Fernando de Rosa, pasaría a sustituirle en el cargo.

En el Supremo la presidencia será por ley para el presidente de sala más antiguo, Juan Antonio Xiol, de la sala de lo Civil y de talante progresista, que en principio ocuparía esa responsabilidad hasta la designación de un nuevo presidente, según informaron fuentes del Consejo. No obstante, magistrados del TS y vocales del CGPJ admitieron que no es deseable que se mantenga esa duplicidad hasta que dentro de un año y medio concluya el mandato del actual Consejo y creen que lo más recomendable es que el presidente del Supremo sea también el del Poder Judicial, como establece la Constitución.

La preocupación por lo que puede perjudicar a la imagen de España en el exterior la próxima dimisión de Dívar es otra de las razones por las que consideran que una sola presidencia es la mejor opción para conseguir el equilibrio necesario.

Y aquí es donde empiezan a circular todo tipo de propuestas y opiniones, tanto entre los magistrados del Supremo como entre los vocales del Consejo General del Poder Judicial, que hasta ahora no se han caracterizado por lograr con facilidad consensos amplios en los nombramientos judiciales. Además, la crisis por los gastos de los viajes de Dívar hace aún menos previsible el resultado de una votación para elegir a su futuro presidente, que necesita el apoyo de tres quintos de los 20 miembros del CGPJ.

Si la opción fuera designar a De Rosa o Xiol para ocupar la presidencia de ambas instituciones, el magistrado del Supremo parece partir con más opciones, no sólo por el "peso" del Alto Tribunal, según las fuentes consultadas, sino por el prestigio del que goza entre sus compañeros.