El rector amenaza con “ateneos a las consecuencias” a quienes le pitaban antes de entrar en un acto a explicar los recortes al PAS
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-El rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina, recibió una sonora pitada en la mañana del jueves antes de entrar a la reunión prevista con el Personal de Administración y Servicios (PAS) para explicarles los recortes de su “plan de eficiencia”. Molina, que fue uno de los rectores que dejaron plantado al ministro de Educación José Ignacio Wert, se mostró muy molesto con la protesta de gran parte del PAS, a quienes amenazó con “ateneos a las consecuencias” tras no lograr convencerles de que entraran a escuchar sus explicaciones.
La queja principal de quienes no han accedido a mantener el encuentro, se refiere a la no implantación en este curso de la jornada laboral reducida durante quince días de junio y el mes de julio, que, según estos trabajadores, “no se ha negociado y no se aplica a otras universidades andaluzas”, y continuar así con la jornada de 35 horas semanales.
Según algunos de los PAS con los que ha podido hablar Noticias de Almería, en este punto se trata más de un tema de conciliación familiar que económico, ya que en las parejas con hijos, éstos ya no tienen clase y no hay con quien dejarlos tantas horas, por lo que la reducción horaria es una ayuda.
Ya dentro de la sala, el rector ha dicho respecto a la jornada reducida en época estival, -aprobada en noviembre de 2005 por el Consejo de Gobierno, cuando “yo no era Rector”, ha aclarado-, que “no sería comprensible para el conjunto de la sociedad un horario reducido” y tampoco “equitativo comparativamente con otro personal funcionario e incluso con el propio profesorado de la UAL”, al que ayer informaba que por cumplimiento del Real Decreto 144/2012 debía impartir un tercio más de docencia.
Molina ha lamentado la ausencia de los sindicatos en la reunión y la “información confusa y tergiversada” que, a su juicio, se ha dado por parte de algunos de éstos responsables que ya conocían la medida “desde hace un mes”. En el encuentro, ante las preguntas y dudas de los allí congregados, se ha clarificado la continuidad de la jornada laboral de 35 horas semanales, “una medida legal” y, al menos no todavía, la de 37 horas y media que plantea aprobar el Gobierno. “Tras la reunión de ayer con todos los rectores andaluces”, ha dicho el rector al personal de servicios y administraciones públicas de la UAL, “lo que sí puedo decirles es que cuando el Parlamento lo apruebe, guste más o guste menos, se esté más de acuerdo o menos, todas las universidades andaluzas vamos a aplicarlo (en relación a las 37 horas y media semanales), porque de lo contrarío cometeríamos un delito”.
Con todas estas medidas y otras como la no renovación de los contratos de los profesores asociados, el rector pretende ahorrar 3,5 millones de euros, pero se da la circunstancia de que sólo en cargos directivos el coste a las arcas universitarias de 890.000 euros al año. Ese es el dinero que se reparten en nóminas los 80 altos cargos de la UAL, si bien cuando entró Molina, éstos eran la mitad.
El rector, por serlo, recibe un plus de 1.200 euros al mes, los vicerrectores y otros altos cargos tienen otro extra de 600 euros, mientras que jefes de departamento y similares rondan los 300 euros. Además de recibir estas compensaciones económicas extras y en reducción -o incluso eliminación- de horas lectivas, han de ser contratados más docentes para cubrirlas.
Es decir, aunque desarrollan sus tareas dentro del horario laboral, y de que se les rebaja para ello las dedicadas a la docencia directa con los alumnos, cobran más y hay que contratar más profesores o aumentar las horas a otros, por lo que el coste de esta estructura burocrática es muy elevado pero prácticamente será inalterado (sólo se reducirá el número de vicerrectores).
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