jueves, 21 de junio de 2012

Tarrasa, una pedanía almeriense

LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-De una población de 212.724 habitantes, catorce mil tienen sangre de Almería • La familia Pérez Blánquez, oriunda de Nacimiento, lleva el bar 'Frankfurt Salmerón' que va a iniciar una ruta de tapasQuiso Dios, con su poder, fundir cuatro rayitos de sol, y hacer con ellos una mujer. Y al cumplir, su voluntad, en un jardín de España nací, como la flor en el rosal. Si la letra del Suspiros de España, aquella compuesta para los miles de represaliados por la Guerra Civil, tuviera una versión a la almeriense, ésta representaría a la enorme colonia de gente nacida en Almería y que tuvo que emigrar a tierras catalanas en busca de trabajo en la postguerra.

En cualquier localidad catalana pueden escuchar el castizo y característico "qué eh lo que eh", pero Tarrasa bien podría convocar un referendum para abandonar Barcelona y pasar a pertecener al Ayuntamiento de Almería. Y es que según un censo no oficial, más de catorce mil almerienses viven en un municipio donde se produjo el famoso Caso Hierro en fútbol con la AD.

Ciudadanos anónimos pasean por las calles con glóbulos rojos almerienses en su sangre y glóbulos blancos catalanes. Gente de Abrucena, Adra, Laujar, Roquetas, Nacimiento... Nacimiento, la cuna de Pepe Pérez Blánquez, almeriense empedernido que tiene su negocio y su vida en la calle Virgen del Socorro de Tarrasa. "A mi bar vienen muchos almerienses que cuando van al servicio y ven los indalos y los símbolos de la peña, me reconocen que se les ponen los pelos de punta", apunta el dueño de Frankfurt Salmerón, cuyos padres eran molineros y emigraron primero a Lérida y luego a Tarrasa para trabajar en el textil: "Es curioso que la primera casa que tuvimos aquí nos la alquiló una familia de Bacares".

Como hostelero que es, Pepe siempre ofrece algún buen guiso almeriense a sus clientes. "Por encargo siempre hacemos unas migas o unas gachas a los grupos. Además mi mujer hace un plato muy de allí que aprendió de mi madre como es el guisote de calabaza", dice un Pepe que sirve para degustar unas monchetas con butifarra y unos perritos calientes picantes, ambos platos especialidades de la casa. Y como en el bar de alguien que ha mamado de Almería no pueden faltar tapas, este mes comienza un ruta de esta tradición gastronómica tan almeriense: "La ha propuesto el gremio de hostelería para dar a conocer los bares de la zona. Vamos a servir pinchos de carne en adobo, torrados de jamón, frankfurt troceados...", enumera un Pepe cuya mirada transmite la añoranza de una tierra que siempre le recibe con los brazos abiertos y le ofrece la tranquilidad que necesita.

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