lunes, 30 de julio de 2012

El trueque en auge


LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-No solo se trata de intercambiar ropa, libros, juguetes, artículos de cocina o material escolar. No solo se trata de ofrecer y recibir tiempo, trabajo o conocimiento. La nueva cultura del trueque --en realidad tan antigua-- irrumpe en estos tiempos de profunda y prolongada crisis con un mensaje muy importante. Ciertamente es posible vivir de otra manera, cambiar las prioridades, dar realce a conceptos hasta hace poco arrinconados. Las acciones que se llevan a cabo, todas de carácter social, persiguen algo más que la satisfacción de una necesidad: enaltecen la solidaridad, incitan a la sostenibilidad, ponen el acento en la reutilización y no en el despilfarro.
Además, hay un detalle que conviene destacar: el dinero deja de existir, el valor ya no reside en un papel simbólico o en una especulación. Un libro equivale a unos pantalones que pueden pagarse con el trabajo de un electricista a quien alguien ofrecerá clases de inglés. Y así, sucesivamente, formando una cadena de alto rendimiento ético. Se hace trueque y se entregan horas para instruir, aprender o acompañar. Emerge una nueva cultura que valora al ser humano por lo que puede dar al prójimo y no por lo que posee.






 

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