El diestro ha vuelto al juzgado donde ha realizado un test psicosocial para valorar sus aptitudes y calibrar la reclamación de la custodia de Cayetana
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Francisco Rivera Ordoñez
ha regresado esta mañana al juzgado de familia donde se ha sometido a una de
las pruebas periciales imprescindibles para conseguir la custodia de su
hija. El diestro se ha encontrado con los psicólogos que tendrán que
elaborar el informe psicosocial al que también tendrán que
someterse en los próximos días su ex mujer, Eugenia Martínez de Irujo, y
también la menor, Cayetana.
Francisco llegaba minutos antes de las diez de la mañana al juzgado de primera instancia y familia, acompañado por su abogada Ángela Cerillos. Una vez más, el torero evitaba hacer comentarios sobre su presencia en el juzgado. En esta ocasión, no se ha encontrado con su ex mujer, como sí pasó hace unas semanas
, cuando se vieron las caras en el juzgado de
familia durante la vista previa del caso. Pasadas las tres de la tarde, y tras
cinco horas en las dependencias judiciales, Francisco salía sin querer
hacer declaraciones.
El pasado 18 de septiembre, Eugenia y Francisco Rivera se encontraron en el juzgado para atender la reclamación del torero de conseguir la custodia de su hija. "Es un tema muy delicado, está mi hija en medio. Entended que no comentemos nada y respetad al máximo que hay una menor, que es mi hija. No tengo nada que decir", aseguró el diestro por aquel entonces.
Desde que Francisco interpuso a principios de verano una demanda en la que solicitaba la custodia de su hija argumentando que la niña quería vivir en Sevilla con él, la relación con Eugenia y con su familia, que era muy cordial, sobre todo con la duquesa de Alba, se ha enfriado. Eugenia no está de acuerdo con esta decisión de su ex marido y, hasta que el juez no diga lo contrario, Cayetana continúa con su vida en Madrid y ya ha empezado su curso escolar en un colegio de la capital. Así, tras no ser capaces de ponerse de acuerdo será la justicia la que dictamine el futuro de la niña. Se espera que el juicio tenga lugar el próximo mes de noviembre.
Francisco llegaba minutos antes de las diez de la mañana al juzgado de primera instancia y familia, acompañado por su abogada Ángela Cerillos. Una vez más, el torero evitaba hacer comentarios sobre su presencia en el juzgado. En esta ocasión, no se ha encontrado con su ex mujer, como sí pasó hace unas semanas
El pasado 18 de septiembre, Eugenia y Francisco Rivera se encontraron en el juzgado para atender la reclamación del torero de conseguir la custodia de su hija. "Es un tema muy delicado, está mi hija en medio. Entended que no comentemos nada y respetad al máximo que hay una menor, que es mi hija. No tengo nada que decir", aseguró el diestro por aquel entonces.
Desde que Francisco interpuso a principios de verano una demanda en la que solicitaba la custodia de su hija argumentando que la niña quería vivir en Sevilla con él, la relación con Eugenia y con su familia, que era muy cordial, sobre todo con la duquesa de Alba, se ha enfriado. Eugenia no está de acuerdo con esta decisión de su ex marido y, hasta que el juez no diga lo contrario, Cayetana continúa con su vida en Madrid y ya ha empezado su curso escolar en un colegio de la capital. Así, tras no ser capaces de ponerse de acuerdo será la justicia la que dictamine el futuro de la niña. Se espera que el juicio tenga lugar el próximo mes de noviembre.
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