El expresidente de la Federación de Fútbol de Almería aceptó
la pena que no le supondrá su ingreso en El Acebuche
Redacción
/almería El expresidente de la Federación almeriense de Fútbol Nicolás
Uclés, detenido en agosto del año 2009 por su presunta implicación en un caso
de tenencia pornografía infantil, aceptó ayer la pena de un año de prisión por
un delito contra la libertad sexual. El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería
acogía durante la mañana de ayer la vista oral contra Uclés, si bien finalmente
no se ha celebrado al conformarse el expresidente con la pena solicitada por el
Ministerio Público.
Uclés, de 61 años, ha aceptado un año de prisión y el pago de las costas procesales, mientras que la jueza ha aceptado la suspensión de la pena privativa de libertad a condición de que no delinca durante un periodo de cinco años, al no contar con antecedentes penales y tratarse de una condena inferior a dos años. A pesar de todo, la defensa de Uclés va a solicitar la sustitución de la pena de prisión por una multa, entre otras cosas para que no figure en sus antecedentes.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a Nicolás Uclés el 7 de agosto del 2009 en una operación dirigida por la Brigada de Delitos Tecnológicos con sede en Sevilla. Uclés fue el único detenido por su presunta implicación en un caso de pornografía infantil, algo que, según informaron fuentes policiales, fue "un hecho puntual y aislado" que no se insertó en la investigación sobre ninguna red de pornografía infantil, habitual en estos casos.
Por ello, no se produjeron más detenciones y el arrestado pasó en las siguientes horas a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Almería, que lo dejó en libertad sin fianza ni medidas cautelares, pero imputado por un presunto delito de tenencia de pornografía infantil a pesar de que no se llegó más allá respecto a la distribución de la misma. No obstante, esos archivos fueron encontrados, según se informó en su momento, en el disco duro del despacho en el que ejercía como máximo dirigente del fútbol en la provincia de Almería.
En un comunicado, la Federación Andaluza de Fútbol informó entonces de que había denunciado "un tráfico anormal" en un ordenador de la sede almeriense, tras lo cual tomó las "medidas oportunas" para salvaguardar "su buen nombre y reputación". La FAF intervino "provisionalmente" la sede de la Federación almeriense, expresó "su enérgica condena hacia cualquier tipo de actuación que suponga conculcar los derechos de los menores" y afirmó que velaría por el buen nombre del fútbol andaluz y no permitiría ningún hecho o acción que ponga en tela de juicio los intereses y derechos de todos sus afiliados.
Uclés, de 61 años, ha aceptado un año de prisión y el pago de las costas procesales, mientras que la jueza ha aceptado la suspensión de la pena privativa de libertad a condición de que no delinca durante un periodo de cinco años, al no contar con antecedentes penales y tratarse de una condena inferior a dos años. A pesar de todo, la defensa de Uclés va a solicitar la sustitución de la pena de prisión por una multa, entre otras cosas para que no figure en sus antecedentes.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a Nicolás Uclés el 7 de agosto del 2009 en una operación dirigida por la Brigada de Delitos Tecnológicos con sede en Sevilla. Uclés fue el único detenido por su presunta implicación en un caso de pornografía infantil, algo que, según informaron fuentes policiales, fue "un hecho puntual y aislado" que no se insertó en la investigación sobre ninguna red de pornografía infantil, habitual en estos casos.
Por ello, no se produjeron más detenciones y el arrestado pasó en las siguientes horas a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Almería, que lo dejó en libertad sin fianza ni medidas cautelares, pero imputado por un presunto delito de tenencia de pornografía infantil a pesar de que no se llegó más allá respecto a la distribución de la misma. No obstante, esos archivos fueron encontrados, según se informó en su momento, en el disco duro del despacho en el que ejercía como máximo dirigente del fútbol en la provincia de Almería.
En un comunicado, la Federación Andaluza de Fútbol informó entonces de que había denunciado "un tráfico anormal" en un ordenador de la sede almeriense, tras lo cual tomó las "medidas oportunas" para salvaguardar "su buen nombre y reputación". La FAF intervino "provisionalmente" la sede de la Federación almeriense, expresó "su enérgica condena hacia cualquier tipo de actuación que suponga conculcar los derechos de los menores" y afirmó que velaría por el buen nombre del fútbol andaluz y no permitiría ningún hecho o acción que ponga en tela de juicio los intereses y derechos de todos sus afiliados.
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