Al igual que la inmensa mayoría de almerienses y del resto
de andaluces, asisto un año más a la presentación del presupuesto de la Junta
de Andalucía con el desencanto, el escepticismo y la contrariedad del que se ha
visto defraudado y engañado año tras año por una administración instalada en el
incumplimiento y la desinformación. Aunque desde la Junta se insiste
machaconamente en que las cifras presentadas son una garantía de creación de
empleo, las previsiones económicas del gobierno bipartito PSOE-IU no sólo no
van a solucionar el terrible problema del desempleo en Andalucía sino que,
probablemente, lo van a agravar todavía más. Una administración que es
consumada especialista en incumplir lo que presenta en sus presupuestos año
tras año (valga como ejemplo más reciente la renuncia de la Junta a la
construcción del hospital materno infantil prometido para entrar en servicio en
2011) carece de cualquier viso de credibilidad a la hora de tomar en serio sus
previsiones económicas. Y mucho más cuando, por razones de pacto post
electoral, se ha de contentar económicamente a un socio radical instalado en el
discurso de la confrontación y la agitación callejera. Prueba del desbarajuste
interno y de la operatividad real de los presupuestos de cara a la creación de
empleo en Andalucía es el hecho de que, a pesar de todas sus proclamas, la
Junta contempla una inversión en empleo inferior a la del Gobierno central, a
pesar de que las competencias directas las tiene la Junta de Andalucía. Griñán
alardea de su inversión de 370 millones en políticas de empleo, mientras que el
Gobierno de España ha presupuestado 445 millones para 2013. Los números y los
datos, una vez más, contradicen el discurso hueco y sesgado de los responsables
de la Junta de Andalucía, administración que sigue encabezando las cifras del
desempleo, la desatención sanitaria y el fracaso académico en España y en
Europa. Creo que estas cifras no constituyen en modo alguno un horizonte de
esperanza para Andalucía porque lo que de verdad necesita nuestra comunidad en
estos momentos es un conjunto de medidas valientes y eficaces que elimine esa
administración paralela que sostiene la Junta y que adelgace organismos
administrativos sobrantes que no tienen más fin que asegurar la manutención de
compañeros y amigos del bipartito. Además, la falta de inversión en empleo es
mayor por la falta de ejecución presupuestaria dado que, por ejemplo, la Junta
dejó de ejecutar el 57 % del presupuesto del Servicio Andaluz de Empleo (SAE)
en 2011, es decir, que no gastó más de uno de cada dos euros. Sirva este
ejemplo para subrayar la escandalosa falta de credibilidad del Gobierno andaluz
a la hora de presentar sus cuestas. Pero lo peor es que nadie se crea estas cuentas.
Lo peor es que no van a servir a Andalucía.
Luis Rogelio Rodríguez Comendador
Alcalde de Almería
Luis Rogelio Rodríguez Comendador
Alcalde de Almería
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