LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-La relación de
programas e instituciones que vienen sufriendo, no sólo los recortes
presupuestarios, sino también los impagos y retrasos de la Junta de Andalucía
aumenta cada día a medida que los damnificados hacen públicas sus quejas a la
administración. Según se ha conocido esta semana, los investigadores andaluces
aún no han recibido las cantidades prometidas por la Consejería de Economía,
Innovación, Ciencia y Empleo para los denominados ‘proyectos de excelencia’
correspondientes al año 2011.
La falta de liquidez en la tesorería de
la Junta de Andalucía está detrás generalmente de estos retrasos. Pero en el
caso de la financiación de los programas de investigación, el problema no
parece tener que ver sólo con la falta de fondos sino también con un importante
atasco burocrático que ha provocado una considerable parálisis en la gestión de
las convocatorias de incentivos.
De hecho, si todavía no se han pagado
las ayudas de 2011, las correspondientes a 2012 ni siquiera se han evaluado
aún, lo cual impide saber a los equipos de investigación si recibirán la
subvención para un proyecto que formalmente debería estar ya en ejecución. Se
trata de cantidades importantes (las subvenciones pueden llegar a ser de hasta
200.000 euros) de las que, en muchos casos, depende la supervivencia de los
proyectos.
En medio de ese colapso administrativo,
la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo ha decidido abrir
formalmente la convocatoria correspondiente a 2013 pese a que las universidades
andaluzas le habían pedido un aplazamiento a la espera de que se agilicen las
ayudas anteriores, debido a que el solapamiento sin resolver de las sucesivas
líneas de subvención puede provocar incompatibilidades y duplicidades en las
solicitudes.
La Universidad de Sevilla se ha
dirigido a sus investigadores para animarles a presentar solicitudes al
programa de ayudas “aun constatando que la situación de incertidumbre y
desconcierto creada es una dificultad más que ha de añadirse a las muchas que
sufren los investigadores en su actividad cotidiana”.
También en la Universidad Pablo de
Olavide se ha informado a sus investigadores de la nueva convocatoria
expresando todas las reservas. Así, se les recuerda que la eventual concesión
de lo solicitado en 2012 puede hacer incompatible a posteriori su participación
en la solicitud de 2013, que previsiblemente decaería. También se les advierte
(y se lamenta) que, a la vista del ritmo que llevan las convocatorias
anteriores, la resolución de los proyectos y el inicio de los mismos “puede
dilatarse en el tiempo”.
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