El móvil económico centra las investigaciones sobre la causa
del crimen Algo salió mal en el plan trazado por Jonathan y Raúl que precipitó
y sentenció la suerte de la niña
LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-A pesar de que el siempre
malentendido secreto del sumario ha cercenado cualquier aclaración oficial
sobre las causas que llevaron a Jonathan Moya a terminar con la vida de la
pequeña Miriam, ESTE DIGITAL ha podido conocer que la primera de las hipótesis que se
manejó en un comienzo, parece que se impone al resto. Según se pudo conocer de
fuentes cercanas a los hechos, al parecer la venta de la niña a una pareja de
procedencia sudamericana, está en el origen del secuestro que desencadenó el
trágico final.
El móvil del asesinato continúa siendo el gran enigma de un caso que tiene
desconcertados a los propios investigadores, en especial en lo que se refiere al
perfil del presunto autor del mismo. No se explica cómo una persona que hasta
ese momento se había dedicado a protagonizar estafas y engaños siempre con el
móvil económico como principal y única motivación, se convirtió en presunto
autor de la muerte de una niña con menos de año y medio.
La primera de las hipótesis que se barajó después de una intensa investigación
preliminar en la que se examinó a todo aquel que tuvo relación con la pequeña,
ya que las sospechas siempre apuntaron al entorno de Miriam, fue la del móvil
económico. Los 50.000 euros de Jonathan al presunto cómplice del caso y también
en prisión Raúl Ríos Forte, pueden estar más que justificados, ya que esa sería
la cantidad que estaría dispuesta a pagar una pareja de la que únicamente se conoce
que es de procedencia latinoamericana. El papel del cómplice sería pues el de
intermediario en la operación económica.
Algo salió dramáticamente mal en el plan previsto por los presuntos autores, un
aspecto que aún no está claro y que podría ser la intensa búsqueda que se
realizó por toda la comarca de Nacimiento con su imagen en todas las paredes de
los pueblos de la zona, así como el cerco que la Guardia Civil sometió al mismo
y que le dejó sin posibilidad alguna de escape a pesar de que se llegó a
contactar con él para pactar la entrega de la pequeña, precipitó los
acontecimientos. La poca experiencia de Jonathan en hechos similares y el
estrés y el miedo al que debió estar sometido hizo el resto. El asunto se le
fue de las manos y ante la imposibilidad de escapar y menos aún con un bebé en
su poder, llevó al trágico desenlace. El cuerpo sin vida de Miriam fue hallado
sin vida el pasado día 27 de diciembre en torno a las 22:00 horas en una balsa
de riego en Abrucena en el interior de una bolsa lastrada con piedras para
evitar que fuera encontrada hasta que los autores pudieran estar lejos de un
lugar que eligieron para esconderse por su buen conocimiento del mismo.
Aún así quedan todavía muchos aspectos por aclarar y que no han sido
descartados del todo por quienes se encuentran al cargo del total
esclarecimiento de unos hechos que tardarán en ser olvidados. El poco tiempo
transcurrido entre la detención del presunto autor de los hechos y la confesión
de los mismos, también hace recelar a los investigadores sobre su capacidad de
haber organizado todo en solitario. De hecho, uno de los comportamientos más
sospechosos es que Jonathan no dijo nada sobre cómo y cuándo se produjo la
muerte de Miriam y simplemente se limitó a señalar que falleció por "un golpe
en la cabeza" y "entre dos y cinco días" antes de encontrarla,
descartando el ahogamiento. El autor confeso de los hechos, permanece un una
prisión, la del Acebuche, que conoce perfectamente ya estuvo de manera
provisional en el mes de junio por la presunta comisión de hasta 12 delitos de
estafa que habría cometido haciéndose pasar por agente de la Policía Nacional.
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