miércoles, 20 de febrero de 2013

Se suicida a los 89 años el dueño de Media Markt, que tenía una enfermedad incurable



  • El multimillonario fundó uno de los mayores consorcios de Alemania.
  • Era un personaje polémico, que militó en las SS.
LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-El empresario alemán Otto Beisheim, el multimillonario cofundador del consorcio Metro, se suicidó este lunes a los 89 años de edad, ante la "desesperanza" que le causaba su enfermedad incurable, aseguraron fuentes familiares. El cuerpo del empresario, propietario total o parcial de firmas como Media Markt, Makro, Saturn, Real o Kaufhof, fue encontrado en su residencia de la localidad de Rottach-Egern am Tegernsee, en Baviera (sur de Alemania).
Beisheim padecía una dolencia incurable y "se despidió de la vida a causa de la desesperanza que le provocaba su estado de salud", indicó en un comunicado la agencia Brunswick en representación de la oficina familiar del Grupo Otto Beisheim.
El empresario llegó a situarse entre las personas más ricas de Alemania tras importar al país en los años 60 del siglo pasado, durante la era del milagro económico alemán, el modelo de negocio estadounidense "Cash & Carry", que pone en contacto directamente al mayorista con el cliente final.
Según el ránking anual de la revista económica alemana "Manager Magazine", Beisheim contaba en 2011 con unos 3.200 millones de euros.

Un personaje polémico

A lo largo de su carrera, ocupó distintos cargos de responsabilidad dentro de su empresa y guió a Metro en su expansión tanto empresarial como internacional, hasta consolidarlo como uno de los mayores consorcios de Alemania, incluido en el índice selectivo DAX 30.
Su vida, no obstante, no está exenta de polémicas ya que durante la época nazi Beisheim militó en las SS, la guardia personal de Adolf Hitler.
Además, creo varias fundaciones para pagar menos impuestos y adquirió la nacionalidad suiza para aligerar su contribución al fisco alemán.
Viudo desde 1999 y sin hijos, su herencia irá a parar a distintas fundaciones.

El drama de la desesperación

La noticia saltaba a mediodía. Una mujer se ha quemado a lo bonzo en una entidad bancaria. Y sin conocer los detalles automáticamente te vienen a la mente los casos de desesperación que han llevado a varias personas a quitarse la vida a causa de procesos de desahucios, de embargos, deudas, quiebras, paro... Y los dramas particulares que han vivido y viven cada una de ellas hasta llegar a adoptar una decisión así.
Afortunadamente en el suceso que les narro la mujer no ha perdido la vida, pero sí ha resultado herida muy grave. Y la situación familiar no varía, sola y con tres hijos a su cargo. Y su situación económica, por la que ha hecho lo que ha hecho, tampoco. Todos sus bienes embargados, la causa originaria, imaginamos, de su desesperación.
Cada una de las situaciones de este tipo son distintas, pero tienen algunos denominadores comunes. Dramas económicos familiares por la crisis. Marcos legales que nadie ha sido capaz de elaborar que los contemplen y puedan plantear soluciones. Deshumanización absoluta a la hora de establecer posibles alternativas por parte de entidades bancarias o juzgados. Decisiones políticas cobardes que no miran por el sufrimiento de los más desfavorecidos en una crisis que no han causado... Una vez la desesperación nubla el raciocinio ya no hay solución. Entonces, ¿a qué esperan?

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