sábado, 23 de febrero de 2013

Urdangarin, operación tapadera


  • El equipo del duque de Palma diseñó una estrategia para camuflar su condición de fundador y líder de la Fundación DCIS, que luego sacó de España medio millón de euros
Por Alicia Gutiérrez
“No pensar nunca en que se es el fundador ni el líder de nada”. “Poner énfasis en que se es uno más de entre tantas personas interesadas en el  tema”. “No ir nunca solo a presentar formalmente la Fundación”. Las consignas entrecomilladas pertenecen al guión o “argumentario”, como se denomina el documento, que el hombre de confianza de Iñaki Urdangarin, Mario Sorribas, envió al duque de Palma el 20 de diciembre de 2006 por correo electrónico. En lo que podría calificarse como una nueva operación tapadera similar a otras destapadas por el caso, Sorribas pretendía dar pautas a Urdangarin para ocultar su condición de “alma mater” –así lo definió en otro email– de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social.
DCIS es justamente la ONG que la trama Nóos usó en 2007 para sacar de España medio millón de euros que acabaron en cuentas ligadas al paraíso fiscal de Belice. Es también la fundación que auspiciaba el proyecto náutico Ayre, al que el rey prestó ayuda activa, según los correos electrónicos entregados al juez.
El documento abunda en ejemplos prácticos de cómo esquivar las sospechas. Un ejemplo:  “Es imprescindible que, ante las posibles visitas o presentaciones, lñaki vaya siempre acompañando a un “titular” de la Fundación de cara al visitado. En ese marco, lñaki es el que tiene la bondad de acompañar al miembro de la Fundación”. A renglón seguido, y en este párrafo transcrito literalmente, Sorribas explica qué ocurrirá si su jefe no sigue el guión: “De otra manera, la percepclón del interlocutor es que Iñaki es el que pide el favor. => va en contra de la imagen de Iñaki y afectará a la Fundación”.
El decálogo
A modo de resumen, el documento incorpora al final un decálogo. Titulada en inglés, idioma predilecto de la trama, la página se denomina “Does and Don’ts”, es decir, cosas que Urdangarin debe hacer y cosas que bajo ningún concepto debe hacer. La panoplia de obligaciones termina así: “Al menos en un primer momento. la Fundación es algo externo a Inaki, una iniciativa en la ha sido invitado a participar”.
Al menos en diciembre de 2007, la biografía oficial de Urdangarin alojada en la web de la Casa Real ya mencionaba su pertenencia a Fundación DCIS, pero sólo como miembro del consejo asesor. Exactamente, lo que pretendía el equipo del duque de Palma para evitar que, por ejemplo, se relacionase al yerno del rey con los contratos –a dedo, como todos- que Madrid 16 otorgó a esa fundación para que realizase difusos trabajos vinculados a la candidatura olímpica.
La fundación DCIS nació oficialmente en febrero de 2007. En mayo de ese año, el asesor jurídico externo del rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, aprobó traspasar a DCIS los fondos de otra ONG creada por el dúo Urdangarin-Torres y que, a tenor de los datos conocidos, no llegó a funcionar, Fundación Areté. El conde de Fontao fue quien, según la Casa Real, ordenó en 2006 al marido de Cristina de Borbón romper amarras con su socio, Diego Torres. Pero, según le dijo Torres al juez el pasado sábado, esa orden nunca existió sino otra para que Urdangarin pasara a segundo plano y dejase de figurar en entidades de pretendido carácter altruista. La más señera, Instituto Nóos, que logró más de seis millones de euros públicos entre 2004 y 2008.

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