Andalucía / hospital de poniente de el ejido
La pequeña sufrió una hemorragia y una parada cardíaca; los padres han presentado una denuncia
LAEDICION.NET.- El Hospital de Poniente de El Ejido, vuelve a
verse implicado en un polémico fallecimiento en menos de dos meses. A la
denuncia presentada por el Defensor del Paciente ante la Fiscalía Superior por
una posible negligencia de varios facultativos del centro tras la muerte el 2
de enero de Josefina Guillén, de 45 años, quien dos días antes había
perdido al bebé que esperaba, se suma ahora la que ha interpuesto la familia de
Míriam B.G., de 4 años, que murió el 28 de febrero después de haber sido
operada de amígdalas. La pequeña ingresó el 20 de febrero para ser intervenida
esa misma mañana y, si todo hubiera ido según lo previsto, habría sido dada de
alta por la tarde. Sin embargo, horas después la niña presentaba un cuadro
febril y sangraba. Al día siguiente la situación no mejoraba y la familia
decidió localizar al otorrino que la intervino para que la examinara. Al parecer,
la madre localizó al especialista y éste se comprometió con ella a pasar por la
habitación para verla, pero eso no lo hizo.
Esa tarde comenzó a perder mucha sangre y sufrió una parada
cardiorespiratoria que se prolongó unos cinco minutos. Tras reanimarla y ante
la gravedad de su estado, los especialistas optaron por evacuarla hasta la UCI
pediátrica del hospital de Torrecárdenas, en la capital almeriense. La
pequeña ingresó intubada, sedada y con la respiración inducida. Los médicos
que la atendieron decidieron someterla a una intervención con técnica láser
para taponar la hemorragia que se registraba en una arteria.
Según fuentes consultadas, la menor podría haber sufrido ya algún
daño cerebral. Y es que, cuando los médicos de este complejo sanitario estimaron
oportuno retirarle la intubación y sedación, la paciente ni hablaba, ni andaba,
ni reconocía a sus familiares. El día 28 de febrero sobre las 21.30 horas se
certificó su defunción.
Los padres han presentado una denuncia ante el titular del Juzgado
de Almería, al entender que la muerte se debe a que durante la primera
intervención debió producirse alguna circunstancia anormal que acabó con
la vida de la pequeña. Los familiares advierten de que facultativos de
Torrecárdenas les llegaron a apuntar que durante la operación de amígdalas en
el hospital de Poniente el especialista presuntamente pudo haber profundizado
más de lo habitual y eso habría dañado alguna arteria. Tras practicársele la
autopsia los restos de Míriam fueron incinerados en el tanatorio de El Ejido. A
lo largo de esta semana se conocerán los resultados de las pruebas forenses
que arrojarán luz sobre el fatal desenlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario