Desmantelan una banda que asaltó 24 viviendas de la Urba de Roquetas

La Guardia Civil ha detenido en la operación Krampón a los cinco profesionales del robo que tenían en alerta a los vecinos y que ya se encuentran en prisión

LAEDICION.NET.-Los vecinos de la Urbanización de Roquetas ya pueden respirar tranquilos tras conocer que la Guardia Civil ha desmantelado la banda que desde hacía meses les mantenía en alerta. En total, la operación Krampón se ha saldado con cinco detenidos, españoles y extranjeros con un amplio historial delictivo y cuya reincidencia les ha llevado a ingresar finalmente en prisión. Los efectivos de seguridad explican que las detenciones se han ido realizando paulatinamente desde el pasado noviembre, cuando comenzaron las investigaciones, y hasta la última semana de abril. Desde entonces, la zona ha experimentado una radical disminución de los casos de robos en domicilios.
Según explica la Guardia Civil en un comunicado, la banda desmantelada estaba especializada en robos con fuerza en el interior de viviendas y se dedicaba de forma exclusiva a la actividad delictiva. La operación es el resultado de la constante actividad que desarrolla la Guardia Civil en cuanto al seguimiento de grupos organizados, con ámbito en la provincia, especializados en la comisión de robos con fuerza en el interior de viviendas. En el caso de esta investigación, comenzó en noviembre, cuando los agentes detectaron hechos comunes en la forma de organización de una serie de robos cometidos todos en la zona de la Urba.
Durante los seis meses que ha durado la investigación, los agentes lograron identificar a los dos cabecillas del entramado, uno de ellos español y el otro extranjero, y en días posteriores, al resto de integrantes de la banda, también originarios de distintos países.
Los dos ‘líderes’ del grupo eran los encargados de elegir las viviendas que se iban a asaltar y que tenían bien estudiadas para conocer el mejor horario para hacerlo. Fundamentalmente, los robos se realizaron en viviendas dedicadas a segunda residencia y vacías en el momento de los asaltos. Éstos se llevaban a cabo en cualquier horario, la banda estaba activa tanto de día como de noche ya que elegían las viviendas y el procedimiento tras estudiar el mejor momento para no ser descubiertos y en zonas de poco tránsito de la Urbanización roquetera.
Es por ello que la Guardia Civil insiste en la necesidad de extremar las medidas de seguridad, sobre todo en casas que suelen estar vacías, con sistemas de alarmas y rejas en puertas y ventanas.
Los vecinos de la zona habían mostrado su preocupación y se avisaban unos a otros mediante mensajes de teléfono, cada vez que se cometía uno de los asaltos, e incluso en algunas reuniones colectivas.
Finalmente, mediante esta operación se ha conseguido detener a los cinco autores de los 24 robos registrados en la zona, y se ha recuperado parte de los objetos sustraidos en ellos. Las diligencias instruidas por la Guardia Civil fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Roquetas de Mar, quien ha decretado el ingresó en prisión para D. G. C. (de 20 años), J. C. C. (de 22 años) y M. E. A (de 18 años). Además, en la operación se detuvo también a M. L., de 28 años, y a R. R., de 22 años.
Rompían rejas y ventanas y se escondían en Canjáyar
Los cinco integrantes de la banda desmantelada presentaban una organización perfecta, con un reparto definido de los roles de cada uno y una planificación precisa de sus actos. La Guardia Civil destaca que se trata de un grupo que vivía en exclusividad del robo. Dos de ellos eran los cabecillas y las personas encargadas de elegir las viviendas donde se iban a llevar a cabo los hechos. Ambos líderes cuentan con varias detenciones y un amplio historial delictivo.
Vendían lo robado
Una vez seleccionado el objetivo, confirmaban el horario en el que tuvieran menos posibilidades de ser descubiertos, siendo horario nocturno o diurno, indistintamente. Los ladrones accedían a las viviendas mediante escalo, fractura de cristales o forzando las rejas, y trasladaban el material sustraído, desde ropa hasta cualquier tipo de objeto de electrónica, dinero y joyas, a  un piso franco, una propiedad que uno de ellos posee en la localidad de Canjáyar, donde permanecían a la espera hasta poder dar salida a la mercancía en el mercado negro.
El grupo delictivo desmantelado en la operación Krampón tenía especial predilección hacia viviendas utilizadas por sus propietarios como segunda residencia, y seleccionaban aquellas en la que tenían menor probabilidad de encontrarse con moradores en su interior, o las que están en zonas poco concurridas, en las que se aseguraban siempre no ser descubiertos.