‘Grease’ hace vibrar a ritmo de rock el Auditorio de Roquetas

 

LAEDICION.NET.-En la calle soplaba un viento huracanado que apenas permitía caminar ni circular. Sin embargo, los cimientos del Teatro Auditorio de Roquetas estaban a punto de temblar al ritmo de las canciones de una de las historias de amor más populares de la historia del cine, la de Sandy y Danny Zuko. Ayer tarde tuvo lugar la primera de las siete funciones de ‘Grease. El musical’ que el espacio escénico acogerá hasta este domingo y LA VOZ vivió la hora previa al estreno entre bambalinas junto a los 40 artistas que conforman la compañía.
“El truco está en los productos que utilizamos, gomina, espuma y unos 40 botes de laca por semana, incluso más. Aunque también es importante estirar bien el pelo y moldearlo con el cepillo”, apuntó Eva Casanovas, responsable de peluquería y conocida cariñosamente como ‘laquis’, mientras colocaba la peluca a Diana Roig, la actriz que da vida a Sandy estos días en Roquetas.
Cuando la conocida cantante Edurne se mete en la piel del personaje protagonista, Roig encarna a Rizzo. “Al principio, sobre todo en los ensayos, era complicado, pues hacía de ambas. Después es mucho mejor, ya que nunca te aburres. Hay compañeros que hacen cientos de funciones iguales”, reflexionaba a LA VOZ.
Interpretar a la tímida y recatada Sandy, a la que por influencia del filme muchos asocian con Olivia Newton-John, supone un desafío para ella. “Es teatro y cada función es un poco distinta. Además, yo soy morena, la antítesis a Olivia. Es un reto intentar ser fiel a la película y copiar cosillas para que la gente se acuerde de  su pasado. Al fin y al cabo, todo el mundo conoce ‘Grease”, decía.
Mientras, a su lado, Víctor Gomez, Danny hasta que el sábado llegue a Almería Jordi Coll, intentaba peinarse el característico tupé. “Hemos hecho una pequeña prueba de sonido, pese a que en la gira tenemos menos tiempos porque llegamos el día de la función, y la acústica del auditorio está muy bien. En otros hay demasiada resonancia”, expresaba.
El buen rollo
“El buen rollo de ‘Grease’, que ya es una fiesta en el escenario, se transmite fuera de él. Siempre está el punto de tensión por enfrentarse a un público nuevo cada día y la concentración. En el fondo es un festival, el buen rollo se transmite dentro de cajas”, reconocía.
En este sentido, el público es un factor determinante, que contagia tanto al reparto como al cuerpo de baile.  “Cuando responde, el 99 por ciento de la veces, es una fiesta en el escenario y la platea. El público acaba bailando con nosotros. Lo que tiene este show es que la música ya es suficiente para eso. La gente sale con ganas de bailar y cantar”, concluía Gómez.
Y minutos después, el público de Roquetas se entregó. Con una entrada más que razonable para un jueves por la tarde, el patio de butacas empezó a animarse con la voz de Vince Fontaine. El número de la grada del Rydell High School, en el que los protagonistas evocan por separado la versión de la aventura que han vivido ese verano, le metió el gusanillo en el cuerpo. Y la escena en la que se tunea el coche, coronada con una de sus canciones más rockeras y pegadizas, estremeció al personal.
Lo habían conseguido, los almerienses se trasladaron a un instituto de EE.UU. de los años 50 para revivir, durante más de horas, el amor imposible entre un joven rebelde y una estudiante modosa. Un amor imposible con final feliz.
La intrahistoria del show
‘Grease’ se estrenó en Nueva York en 1972 y consiguió siete nominaciones a los Premios Tony. Después de siete años en cartel, pasó a la historia como el musical con más permanencia en Broadway. En 1978 llegó a la gran pantalla con un éxito total de taquilla y arrasando con su banda sonora. Las canciones ‘Summer nights’ y ‘You’re the one that I want’ fueron número uno, mientras ‘Hopelessly Devoted to you’ fue nominada al Oscar en 1979.
La producción de Vértigo Tours que ayer se presentó en Roquetas conmemora el 40 aniversario de aquel espectáculo y, para ello, cuenta con un equipo de otros tantos artistas entre actores, bailarines y cantantes. Es la historia de siempre, con números adicionales.