Más de 180.000 personas se acercaron la noche del viernes a la playa de
Lo de la noche del viernes fue multitudinario. Los ríos de gente acercándose a
Los gritos y aplausos destronaron al silencio de la noche. Con los ritmos de Bulería Bisbal saltó a a escena desplegando toda su energía sobre el escenario de
Entre canción y canción, Bisbal se dio un respiro para cambiarse la camisa por un polo. En esos mismos momentos, el artista agradeció la masiva afluencia de gente a
Bisbal ofreció un directo intenso, y alegre. Temas como Lloraré las penas, Ave María y Oye el boom-boom se sucedía a medida que pasaba la noche. Sus seguidoras lloraban desconsoladas ante la presencia del ídolo mientras que el artista corría de punta a punto del escenario y dedicaba a su público su famosa pirueta.
Pero también dejó un hueco para las baladas. "Las balada me conecta con el público", eso fue lo que dijo antes de que sonase Dígale. En ese mismo toda la playa, al escuchar las primeras notas de la melodía comenzó a cantar al unísono. Bisbal no pudo hacer otra cosa más ceder el micrófono y escuchar como las más de 180.000 personas allí presentes cantaban tan exitoso tema.
Pero como era de esperar, Bisbal tenía que terminar con un gran espectáculo y así lo hizo. Rodeado por todos sus músicos comenzó a sonar Silencio con la que cerró su actuación. El guitarrista introdujo las primeras melodías, en una exhibición de su habilidad con el instrumento. Al igual que durante todo el concierto, la voz de Bisbal y la del público se fundieron en una para dar el broche y final a una actuación en la que la fiesta y la energía fueron los protagonistas en todo momento. Comenzaron a sonar gritos de "otra, otra", pero en esta ocasión, no fue posible y, junto a todos sus compañeros de escenario se despidió el público malagueño.
Pasaron cuarenta minutos cuando el baile y la sensualidad se apoderaron de nuevo de la noche malagueña con el directo de Pussycat Dolls. El quinteto británico deslumbró con una combinación entre coreografías y ritmos sugerentes que las chicas ofrecieron al público sin descanso gracias a éxitos como Buttons, Don´t Cha de su primer álbum o su último single When I grow up.
Para cerrar la noche, Kardinal Offishall subió al escenario armado de sus ritmos urbanos y jamaicanos para mantener al público bailando hasta la madrugada.
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