sábado, 16 de agosto de 2008

La crisis económica y las regiones agitan las vacaciones de Zapatero


- La crisis económica española y la financiación de las regiones, que tiene en pie de guerra a sus gobiernos y a partidos políticos, no están dejando en paz en sus vacaciones estivales al presidente del Ejecutivo español, Rodríguez Zapatero .

El jefe del Gobierno interrumpió esta semana su descanso para adoptar el jueves en consejo de ministros un paquete de medidas para afrontar una crisis que está golpeando con dureza a la economía española.

El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue en el segundo trimestre del 1,8% interanual, frente al 3,8% alcanzado en todo el año pasado después de cinco años por encima del 3%, uno de los mayores de la unión europea (UE).

Después de varios meses en los que Zapatero y sus ministros han intentado negar que hubiera crisis, el jefe del Gobierno se dijo el jueves "plenamente consciente" de ella y anunció un paquete de 24 medidas para los próximos dos años que se prevé duren las dificultades económicas.

Las reformas permitirán facilitar la financiación de las pequeñas y medianas empresas e impulsar la construcción de viviendas subvencionadas, a lo que se añade la eliminación del impuesto de patrimonio y la reducción de las cargas administrativas, entre otras.

Se trata de la segunda batería de medidas que adopta el Ejecutivo, después de las anunciadas nada más tomar posesión Zapatero en abril pasado para un segundo mandato que estrenó en plena crisis económica, durante la cual ha caído en los sondeos de opinión y la oposición no ha ahorrado críticas.

El Gobierno es "incapaz de reconocer la gravedad de la situación" económica y las reformas adoptadas son un "refrito" que sólo "agrava la crisis" y la "crisis de confianza hacia el Gobierno", estimó el jueves el portavoz de Economía del opositor PP (PP) en el Congreso, Cristóbal Montoro.

Al rápido descenso del crecimiento se une el empeoramiento de los principales indicadores, afectados por la crisis mundial y que en España se ceban especialmente en el sector de la construcción de viviendas, cuyo crecimiento desenfrenado de la última decada ha frenado en seco.

La inflación y el desempleo, tradicionales caballos de batalla españoles, rompieron el año pasado su tendencia a la baja de los últimos cuatro años.

Actualmente la primera supera el 5%, alzada por el precio del crudo, y el segundo el 10% de la población activa, un 2% más que en 2007.

Y el superávit presupuestario, la joya del gobierno de Zapatero, que en 2007 alcanzó el 2,23% sumando tres años de alzas, se ha transformado este año en déficit, con un 0,42% del PIB en el primer semestre de 2008.

Sin embargo, aunque poco, España de momento sigue creciendo (+0,1% en el segundo trimestre respecto al primero) frente a los principales países europeos, que en el mismo período ya registran crecimiento negativo: Francia (-0,3%), Alemania (-0,5%) o Italia (-0,3%).

La otra gran tarea que tiene ante sí el Gobierno y que ha dejado para el comienzo del curso político, en septiembre, es la negociación para reformar la financiación de las regiones, que en las últimas semanas enfrenta a las comunidades autónomas españolas y a los partidos políticos.

El Ejecutivo quiere mejorar el modelo de financiación aumentando los ingresos y la autonomía fiscal de todas las regiones y manteniendo el principio de solidaridad, es decir, el trasvase de fondos de las regiones más ricas a las que aportan menos a las arcas públicas.

Pero tropieza con el gobierno de Cataluña, una de las regiones más ricas, y los partidos de esta región, que reclaman más ingresos y menos solidaridad con otras comunidades.

Zapatero advirtió el jueves de que el Gobierno tiene que negociar un acuerdo "no sólo con la Generalitat, sino con todas las comunidades" autónomas.

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