domingo, 16 de noviembre de 2008

En EEUU ven acercarse el día en que una mujer llegue a la Casa Blanca

La victoria de Barack Obama en la elección presidencial dejó en muchas estadounidenses una nostálgica evocación de la eventual llegada de una mujer por primera vez a la Casa Blanca.
A falta de la jefatura de Estado, el nombre de Hillary Clinton se manejaba el viernes como favorito para dirigir la diplomacia estadounidense del próximo gobierno. Fuentes cercanas a Obama aseguraron a la cadena televisiva CNN que la ex primera dama podría ser designada secretaria de Estado.
Al principio de la histórica campaña electoral de 2008 por la Casa Blanca, la carrera de Obama y la senadora Clinton por la candidatura del Partido Demócrata se presentó ante muchos como una jugarreta del destino dadas las opciones: un negro y una mujer. La decisión de apoyar a uno equivalía a darle la espalda al otro.
No obstante, muchos observadores creen que el alto perfil de la senadora por Nueva York dio por tierra con los prejuicios que pudieran existir sobre la capacidad de una mujer para ocuparse de las riendas del país.
"Siempre que cae una barrera es señal de que las demás empezarán rápidamente a derrumbarse", escribió la estratega del Partido Demócrata Donna Brazile en una respuesta por correo electrónico a AFP.
"Si bien no puedo decir cuándo -quién hubiera podido predecir este momento-, ni el candidato ni el partido, veo ese día asomar en el horizonte (...) Es tiempo de 'apurar la historia' y permitir el acceso de una nueva generación (a la Casa Blanca). No cabe duda, una mujer lo logrará pronto", afirmó.
En un emotivo discurso en junio, al conceder la victoria en las primarias a su entonces adversario Barack Obama, Clinton había exhortado a sus millones de seguidores a apoyar con todas sus fuerzas al senador por Illinois, pero también hizo referencia a los temas de género.
"Aunque esta vez no fuimos capaces de romper ese elevado y duro techo de cristal, les doy las gracias porque ahora tiene cerca de 18 millones de fisuras", dijo en referencia a la cantidad de votos que recogió en las internas.
"Los niños de hoy crecerán con la garantía de que un negro o una mujer pueden, absolutamente, convertirse en presidente de Estados Unidos", enfatizó mientras algunas mujeres presentes derramaban lágrimas y otras la vitoreaban.
Y luego, otra barrera cayó al ser designada la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como compañera de John McCain en la derrotada fórmula presidencial del Partido Republicano.
Parece una ironía que Estados Unidos, que se jacta de pretender expandir la democracia en el mundo, no haya tenido jamás una mujer al frente de la Casa Blanca.
"Creo que esta idea de la singularidad de Estados Unidos ha sido un enorme factor para determinar la forma en que los estadounidenses ven a su presidente. Al fin y al cabo, nos consideramos los líderes del mundo libre", dijo Barbara Palmer, directora interina del Instituto Mujer y Política en la American University.
"Es por eso que tuvimos una visión muy sexista de la función (del presidente), que, después de todo, es también la de comandante en jefe. En definitiva, ¿una mujer podría apretar el botón (que activa la bomba atómica)?", es en su opinión lo que se cuestionan los votantes.
Palmer, autora del libro 'Quebrando el techo de cristal de la política', coincidió en que es sólo una cuestión de tiempo para que una mujer llegue a la Casa Blanca.
"No creo que se deba subestimar el efecto que puede tener sobre una niña de ocho años ver a Hillary Clinton y a Sarah Palin disputar las presidenciales", dijo Palmer. "Somos una sociedad muy visual", agregó. "Si algo no está en la televisión, entonces no sucedió".

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