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El tesorero le comunicará su decisión a Rajoy -que aún no sabe nada- en cuanto éste regrese de su visita a Barcelona. El también senador ha reconsiderado su postura tras verse acosado.
Luis Bárcenas ha tomado una decisión: tirar la toalla. El último auto de Baltasar Garzón y las noticias publicadas esta semana en la prensa han acabado por minar su moral. Según ha podido saber LAEDICION.NET, el tesorero del PP tiene previsto presentar su dimisión de su cargo a Mariano Rajoy en cuanto pueda entrevistarse en persona con él.
El líder de los populares se encuentra desde este jueves en Barcelona participando en un encuentro con los presidentes provinciales del partido y con los cargos de la Dirección enmarcado en los preparativos de las elecciones europeas. Fuentes cercanas al presidente del PP consultadas por este periódico este mismo viernes por la mañana señalaron que, por ahora, Rajoy no tiene constancia de esa dimisión, pero ello es debido a que Bárcenas prefiere esperar a que regrese a Madrid para comunicárselo personalmente, tal como han señalado a LAEDICION.NET fuentes próximas al tesorero nacional del PP, que indican también que "ha adoptado esa decisión para que la presión mediática a la que se enfrenta estos días no dañe a un partido en el que milita desde 1981".
Desde que el juez Garzón le señalara entre los implicados en la Operación Gürtel (imputado no está porque al tratarse de un aforado nacional la Audiencia Nacional no es competente para ello), el también senador ha venido defendiendo su inocencia a capa y espada. Tras las informaciones publicadas la semana pasada en la prensa que desvelaban su amplio patrimonio, Bárcenas entregó al partido una relación de todos sus bienes e incluso copias de sus declaraciones de la Renta. Ahí quedó la cosa.
El asunto dio una vuelta de tuerca más cuando el martes Garzón emitió un auto -basado en tres informes policiales de la UDEF- en el que le acusaba de haber aceptado 1.353.000 euros por los favores prestados al empresario Francisco Correa, presunto cerebro de la trama. Esa misma tarde Bárcenas anunció que presentaría una querella criminal contra el magistrado.
Un día después, se entrevistó en la sede de Génova con Rajoy y María Dolores de Cospedal y volvió a defender su inocencia ante ambos. La decisión de la Dirección fue esperar a ver si el Tribunal Supremo decidía imputarle antes de dar cualquier paso. Pero entretanto aumentaban las voces internas que pedían al líder de los populares que lo cesara de su cargo como tesorero para limpiar de polvo y paja la imagen del partido. Máxime a poco más de dos meses de la importante cita europea.
Rajoy no cedió a las presiones y, aunque el miércoles mantuvo un silencio sepulcrar -su número dos sí habló-, el jueves zanjó las especulaciones sobre su postura con una sola frase: "Ellos afirman su inocencia y estoy seguro de que nadie podrá probar que no son inocentes". Ese mismo día Bárcenas enviaba el enésimo comunicado a la prensa negando una vez más su relación con Correa y amenazando a determinados periodistas con tomar acciones legales contra ellos a tenor de la gravedad de lo que se había venido publicando contra él.
Finalmente, Bárcenas parece haber reconsiderado su postura y ha preferido dar un paso atrás. Falta saber si, además de renunciar a su cargo como tesorero, decidirá renunciar a su acta de senador y darse de baja en el partido de forma temporal, tal y como han hecho otros señalados por Garzón. Aunque quienes han tomado la decisión de aparcar su militancia sí están imputados.
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