Comienza en Madrid el juicio por el asesinato del menor antifascista en el metro en 2007 • El presunto agresor, Josué E., niega que sea neonazi y que se dirigiera a una manifestación de extrema derecha
REDACCIÓN.-D.M.-Ayer comenzó el juicio por el asesinato de Carlos Palomino, el menor antifascista que murió el 11 de noviembre de 2007 en el metro de Madrid como consecuencia de una puñalada, tal y como recogen las imágenes de vídeo grabadas dentro del vagón. Así, en la primera sesión, el acusado del asesinato del joven, Josué E. de la H. reconoció ante la Audiencia Provincial de Madrid que apuñaló al chico de 16 años "por instinto" al verse amenazado por "esas personas armadas" que le produjeron "miedo".
"Me vi acorralado por esas personas armadas, me entró miedo. Pensé que si se me lanzaban no saldría vivo de allí. Me salió el instinto. Noté que me rodeaban y me dijeron: 'De aquí no vas a salir, fascistas de mierda'", explicó, con una actitud altiva y fría, el militar de ideología fascista que supuestamente asestó una puñalada mortal a Palomino en el Metro de Legazpi.
El procesado relató que Palomino se acercó a él nada más entrar en el vagón al identificarle con un neonazi por la sudadera que llevaba y su cabeza rapada. "El apartó a la gente. Se encaró. Fue directo hacia donde estaba. Su intención era que le diera mi sudadera. Se abalanzó hacia mí", relató Josué. Posteriormente, el presunto asesino continúo la narración. "Saqué mi navaja porque me señalaron y uno sacó un puño americano", prosiguió antes de negar pertenecer a ninguna organización neonazi así como simpatizar con las Juventudes de Democracia Nacional. Asimismo, rechazó que tras apuñalar al joven levantara el brazo a modo de saludo hitleriano.
"Temí por mi vida", esgrimió. Además, insistió en que no llevaba preparada la navaja pese a que las imágenes captadas por una de las cámaras recogieron que sí lo hizo. Sobre este asunto, el presunto asesino explicó que portaba ese arma del Ejército porque acababa de salir del cuartel y al día siguiente tenía que ir de maniobras. Y antes las preguntas de la fiscal, negó que el día de los hechos acudiera a la manifestación convocada por las juventudes de Democracia Nacional sino que iba a cenar a Villaverde con unos amigos. "No sabía que hubiera ninguna manifestación", aseveró el acusado, a quien la fiscal la recordó que en su primera declaración sí reconoció este hecho. Josué E. de la H. también fue preguntado por si se considera patriota, ante lo que argumentó que solamente es un "español que le gusta que gane la Selección española".
Ni siquiera la mirada directa que le lanzó la madre de Carlos Palomino, María Victoria Muñoz, consiguió que el procesado modificara su rostro distante. La progenitora relató a la sala que conocía que su hijo tenía la intención de acudir a la contramanifestación, y que le advirtió que podía ser "peligrosa".
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid es la encargada de juzgar a Josué E. de la H., que se enfrenta a una petición fiscal de 29 años de cárcel. Y es que la Fiscalía solicita 17 años de prisión por un delito de asesinato y otros 12 por tentativa de homicidio contra Alejandro, el amigo de Carlos Palomino que intentó quitar el arma al asesino y por lo que recibió una puñalada de la que se recuperó a los tres meses.
Por su parte, el abogado de la familia de Palomino solicita para Josue 37 años de prisión, 20 por el delito de asesinato, cuatro por un delito de amenazas, tres por tenencia ilícita de armas y diez por una tentativa de homicidio. Además, reclama la responsabilidad subsidiaria del Ministerio de Defensa porque el arma del crimen era una navaja de maniobras del Ejército español. Mientras, el Movimiento contra la Intolerancia y las Asociaciones de Vecinos de Vallecas pedirán calificar los hechos como asesinato con la agravante del artículo 22.4 del Código Penal, por actuar con motivación ideológica.
En esta primera sesión del juicio, otras de las personas en hablar fue una de las que resultó herida al tratar de reducir al agresor. Así, explicó que una vez que entraron en el vagón, Carlos se dirigió al "asesino" y le dijo: "Ey, tío", preguntándole por la marca de su sudadera. "El asesino sacó una navaja y le apuñaló en el corazón. Fue algo rápido. El tío sabía lo que tenía que hacer. A Carlos no le dio tiempo a defenderse", narró el testigo. Además, insistió en que "nadie iba armado" y que sólo "llevaban silbatos para hacer más ruidos que ellos". "Él mostraba la navaja para apuñalar a más gente. Intentábamos quitarle el arma, pero él daba navajazos a quien se acercaba".
En el mismo sentido, otro de los heridos certificó que Josué impedía entrar en el vagón a todo aquel que se acercaba. "Iba de un lado hacia otro con el cuchillo. Sabíamos que el primero que se acercara iba a ser apuñalado", indicó. Finalmente, este joven señaló al tribunal que renunciaba a la reclamación civil. "Nadie va a pagar esto. No quiero nada de dinero", aseveró.
Por su parte, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, aseguró que espera, al igual que la madre del joven, que la justicia tenga un carácter ejemplar. Gabilondo manifestó su rechazo contra cualquier tipo de violencia, "injustificable en todos los casos y sin excepción".
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