miércoles, 16 de septiembre de 2009

La verdadera historia de los Pajín que quisieron fichar por el PP

REDACCIÓN D.M.-. Seguro que no saben ustedes que los padres de Leire Pajín se apuntaron a la misma peña festera que Eduardo Zaplana con intenciones que superaban la diversión. Corría el año 1996 y el PSPV estaba sumido en una tremenda crisis electoral, interna y de identidad. Los referentes socialistas del momento (Joan Lerma, Joan Romero, Ángel Franco, Ciprià Ciscar, Antonio Fernández Valenzuela…) o hacían la guerra por su cuenta o la practicaban entre ellos y José María Pajín, todopoderoso barón comarcal, veía como su poder se había esfumado resquebrajándose por segundos la posibilidad de recuperarlo. Eran tiempos difíciles para los Pajín acostumbrados al éxito y al poder. Enfrente, en su pueblo, habían conocido la personalidad arrolladora de Eduardo Zaplana que desde Benidorm, en poco tiempo, conquistó la alcaldía, la presidencia provincial de su partido, la regional y culminó con el increíble asalto a la Generalitat Valenciana.

La historia de Pajín y de Maite Iraola se escribe plagando Benidorm de cadáveres políticos. José María era en 1996 un hombre enormemente frustrado porque aunque había logrado hacerse con todo el poder orgánico tras expulsar de su partido al ex alcalde, Manolo Catalán Chana y a los afines a éste (socialistas de verdad, como me dice un viejo militante), sin embargo, tenía muy lejos rascar influencia y poder institucional. Entonces, como ha reconocido incluso Catalán Chana, su poco convencimiento socialdemócrata, o más bien ninguno, hizo pasar al "plan b" a la familia Pajín. Unas intenciones que no son un secreto entre los vecinos de la capital turística de la Costa Blanca…

El matrimonio compuesto por Maite y José María, así como una joven Leire que entonces estudiaba con poco éxito sociología en la Universidad de Alicante, se apuntaron a la peña festera de Eduardo Zaplana en Benidorm, la penya El Picarol, centro de diversión y, sobre todo, de gran influencia política en la Comunidad Valenciana. Se decía por aquel entonces que si querías ser conseller o alto cargo del Consell, por fuerza, tenías que ser socio de esta peña apodada en el mundillo político como "la del coche oficial". Los Pajín hicieron serios ofrecimientos –y avanzadas gestiones- para ingresar en el PP de un meditabundo Zaplana que nunca lo tuvo claro y que finalmente descartó una posibilidad que anduvo rondando durante tres largos años.

Así que los Pajín tuvieron que resignarse y consolarse con liderar la oposición hasta que irrumpió en el panorama político nacional un desconocido diputado: José Luis Rodríguez Zapatero. La suerte cambió entonces para matrimonio e hija porque, cosas del destino, Zapatero y José María Pajín fueron en León amigos de la infancia. Volcaron así todo su apoyo en un ZP que ganó el congreso y que inesperadamente accedió a La Moncloa en 2004. Leire Pajín ascendió meteóricamente con la secretaría de Estado de Cooperación y José María Pajín tocó poder, y un buen sueldo, en la Subdelegación del Gobierno en Alicante. Ahora Maite Iraola, y el resto ya lo conocen.

No hay comentarios: