lunes, 9 de noviembre de 2009

La Unión Monárquica y el fraude de los 400 millones

LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-
EN los primeros meses de 1985 un senador almeriense adscrito al PSOE se vio inmerso en un turbio asunto relacionado con la petición de indulto para Francisco Iribarne un vecino de la capital vinculado a la extrema derecha almeriense que se encontraba en el extranjero y deseaba volver a España. Su indulto lo quería comprar a cambio de facilitar a la Policía información sobre diversos temas relacionados con el narcotráfico en la provincia de Almería.

Un subcomisario de Policía, José Martínez procesado y condenado posteriormente por un delito contra la salud publica- trafico de estupefacientes, aseguró ser un intermediario entre el ultraderechista y el político para que estos documentos llegasen al Gobierno. La supuesta "información" fue cursada al Ministerio del Interior. Sus analistas una vez examinada la documentación presentada la rechazaron por considerarla de nulo y escaso interés.

Francisco Iribarne, que en aquellas fechas tenia 44 años era un personaje muy conocido en los círculos de la extrema derecha de la provincia. En aquellos años se encontraba en paradero desconocido. Iribarne fue condenado en 1975 por un delito de falsificación de moneda y como co-dirigente de una organización a la que ufanamente denominaban "Unión Monárquica Española".

Su cabeza visible era un curioso personaje barcelonés identificado como Eugenio Menéndez de Haro que se hacia pasar como "Jefe de la Casa Civil del príncipe de Montezuma" y "Marques de Haro". Un sujeto ampliamente conocido en Barcelona, dotado de un gran don de gentes y de modales afables y refinados. Como lugarteniente figuraba Iribarne, ambos fueron condenados por un juzgado de Barcelona a las penas de diecisiete años de reclusión y multa de ocho millones de pesetas, sentencia que fue recurrida por los procesados alegando quebrantamiento de forma e infracción de ley con la pretensión de que el Tribunal Supremo apreciara que dicha falsificación fue efectuada con fines políticos por ser todos los imputados miembros de la Union Monárquica Española.

La Policía los detuvo en Cerdanyola junto a otras dos personas más- uno de ellos menor de edad- después de distribuir unos tres millones de pesetas en billetes falsos de 1.000 pesetas, se dijo entonces que la organización había llegado incluso a falsificar billetes por un montante en torno a los 400 millones. La amnistía le liberó de la cárcel leridana, donde cumplía condena, al considerársele la condición de preso político.

Poco más tarde volvió a Almería introduciéndose en el mundo de los negocios. Entre sus ocupaciones destacó durante cierto tiempo la explotación de la cafetería del aeropuerto. Sus actividades profesionales iban paralelas a sus actividades políticas. Se le relacionó como uno de los promotores de la UFA (Unión de Falangistas de Andalucía) que llevó a cabo diversas campañas contra instituciones y conocidos demócratas de Almería. La UFA, desmantelada por la Policía, llevó a cabo una notable persecución contra el periodista Manuel Gómez Cardeña redactor en el año 1979 del periódico Ideal. Sus miembros, apena media docena, montaron un esperpéntico montaje publicado entonces por la desaparecida revista "Almería Semanal".

Francisco Iribarne siempre se desmarcó de la UFA y negó su vinculación con la organización falangista. Un buen día desapareció de Almería. Se dice que estuvo escondido en un chalet de Aguadulce propiedad de un abogado almeriense. Cuando cesó su interés por localizarle, logró pasar la frontera y huir al extranjero concretamente a Francia. Se supo entonces que la Sala Segunda del Tribunal Supremo admitió un recurso del Banco de España oponiéndose a la aplicación de la amnistía para Iribarne, al entender el alto tribunal que bajo la denominación de Unión Monárquica Española- organización creada en Cataluña entre el falso marques y el almeriense- se ocultaba en realidad una banda de delincuentes. El tribunal estimó que dicha asociación no existía- no estaba reconocida en el Gobierno Civil de Barcelona.- por lo que no podía aplicársele la amnistía concedida por ley del 15 de octubre de 1977.

El ultraderechista Francisco Iribarne Pérez fue detenido en Andorra acusado de traficar con cocaína. Su detención centró la atención en la provincia. Medios policiales y políticos manejaron entonces la hipótesis de que dicho tráfico de estupefacientes estuviese encaminado a financiar actividades de la extrema derecha.

La verdad es que no quedó nada probado, salvo la detención del subcomisario Martínez a quien la Guardia Civil le intervino casi un kilo de coca oculta en un maletín y que según el policía ignoraba que en el mismo se ocultara droga, reafirmándose de que se trataba de documentos facilitados por el ultraderechista relacionados con el narcotráfico para hacerlos llegar al ministerio de Interior. Fue interceptado por agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil cuando salía con el maletín de un bar de la calle Calzada de Castro tras mantener un contacto con otra persona.

El 27 de mayo de 1988, el juicio quedó visto para sentencia. En el transcurso de la última sesión los abogados del subcomisario pidieron su libre absolución sin cargos, asegurando que la cocaína fue añadida tras la detención.

El 3 de junio de 1988, la Audiencia Provincial de Almería hizo pública la sentencia del "caso de la coca". Martínez fue condenado por un delito contra la salud pública a la pena de dos años y seis meses de prisión y multa de un millón de pesetas con arresto sustitutorio en caso de impago de setenta y cinco días, una vez hecha excusión de sus bienes con las accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena. Respecto a Francisco Iribarne, una vez resuelto su problema con la Justicia, rehizo su vida fuera de la provincia de Almería.

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