jueves, 27 de mayo de 2010

HAY OTRAS FORMAS DE HUNDIR ESPAÑA, PERO NO TAN EFECTIVAS COMO LAS MEDIDAS DE ZAPATERO


Por Antonio Jesús Rodríguez

Una vez conocidas las medidas del Gobierno de Zapatero, como Alcalde de Níjar me veo en la obligación de hacer una reflexión en público para poner en conocimiento de todos una serie de realidades, con la esperanza de que alguien con sentido común y responsabilidad dentro del PSOE lo lea y pudiera convencer a sus compañeros de la deriva a la que nos lleva su Gobierno.
En Níjar, como en muchos municipios de España, después de dos años de rescisiones, de cierres y/o reducciones de plantillas en empresas, de aumento del paro, de graves necesidades para la población y un largo etcétera de reveses, el Ayuntamiento se ha convertido, por un lado, en la mayor organización económica de los municipios, a la vez que en la única que por su cercanía al ciudadano puede, cuando menos, prestar la atención y los servicios asistenciales mínimos para asegurar la subsistencia de muchos vecinos.
En Níjar, hemos generado empleo, hemos acometido inversiones, hemos dado trabajo directo e indirecto a muchas empresas pequeñas, a muchos autónomos, hemos dinamizado el municipio, hemos prestado y prestamos una política social activa encaminada a actuar en los casos difíciles para que los nijareños puedan salir adelante.
Para poder sufragar todos los gastos que esto origina, llevamos años reclamando al Gobierno y a la Junta de Andalucía una Ley de Financiación Local que aporte a los Ayuntamientos el dinero necesario para la prestación de los servicios.
Lejos de escucharnos, hoy nos despertamos con el decreto que, por la vía de hecho, provoca la caída en picado de la actividad municipal. En términos empresariales estaríamos sencillamente ante la efectiva suspensión de pagos por falta de recursos.
Nuestros recursos son básicamente tres. Por un lado, la participación en los tributos del Estado y de la Comunidad Autónoma; por otro, la concertación de créditos para nuestras inversiones de forma que, como en cualquier economía doméstica o empresarial, las cosas se puedan “pagar a plazos”; y por último, los tributos municipales, que básicamente son tasas de basura, agua y alcantarillado, impuesto de circulación de vehículos e impuesto de bienes inmuebles.
Si nos bajan a niveles irrisorios el primero de los recursos y nos prohíben el segundo mediante el “decreto de cierre de Zapatero”, sólo nos queda una solución: subir los impuestos.
En este escenario, le quiero enviar un mensaje a Zapatero y sus adláteres, “Señor presidente, la ruina a España se la ha buscado usted. Ni los nijareños ni el resto de los españoles tenemos culpa de que usted no haya querido reconocer la crisis hasta que no recibió la llamada de Obama y, con ello, no haya tomado medidas acertadas ni a tiempo. No vamos a subir los impuestos, sencillamente porque los ciudadanos no pueden pagar más de lo que ya pagan. Así que, querido amigo, vaya buscando otros aliados, porque en este modesto Alcalde y espero que en el resto de Alcaldes de España, usted no va a encontrar a los brazos ejecutores de su salvación personal”.

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