jueves, 30 de septiembre de 2010

Diez menores están en terapia para minimizar los daños por abuso sexual

LAEDICION.NET.-D.M.-La Junta pone a disposición de las víctimas y de las familias un programa evaluación y tratamiento que lleva en marcha en la provincia tres años • En muchos de los casos los agresores han sido familiares"No puedes contarle a nadie lo que hacemos...", "como digas algo te mato...", "esto es un secreto entre tú y yo...", son algunas de las amenazas a las que están sometidos los menores víctimas de abuso sexual y que hacen mermar su valentía para enfrentarse al problema y comunicarlo a sus padres o tutores. Esta experiencia, difícilmente asumible por un adulto, es especialmente dañina para un niño o un niña, como queda reflejado con gran crudeza en el documental Espiral, concebido para concienciar de que la sociedad debe trabajar con ahínco para simplificar estos procedimientos que pueden llegar a ser tan crueles.

Dolor , sufrimiento, sentimientos de culpa y la vida entera patas arriba. Así se encuentran de la noche a la mañana las víctimas, cuyas secuelas pueden agravarse a lo largo del proceso de denuncia, atención psicológica, forense, judicial... Precisamente, estas son las cuestiones que pretende atajar un programa de la Junta de Andalucía que lleva tres años puesto en marcha en la provincia a través de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social.

Psicólogos y especialistas evalúan y ponen tratamiento a los menores que han sido víctimas de violencia sexual, así como a sus familias. Concretamente, desde enero a julio de este año han sido 23 los menores y familias evaluadas por el equipo de profesionales en la provincia de Almería, y son diez los menores que están en tratamiento en la actualidad, según los datos facilitados por la Delegación provincial. En ambos casos, tanto en el programa de evaluaciones como en el de tratamiento, la mayoría de los sujetos son niñas de 0 a 12 años. Las niñas suelen ser más vulnerables a los posibles abusos como se puede constatar en las cifras. Se trata de un dato que, como argumentaron desde la Junta, "nos viene a poner en alerta sobre la necesidad de mantener activos los mecanismos de detección e igualmente, nos sirve para ir definiendo indicadores cada vez más sensibles".

Es significativo que el número de casos de evaluación es superior al de tratamiento, lo cual, según explicaron desde la Dirección General de Infancia y Familias de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta, "no todos los casos en los que hay una sospecha de abuso sexual ésta se confirma, así como que la detección precoz del posible abuso sexual en muchos casos evita que éstos se prolonguen en el tiempo, y por lo tanto se puede evitar y prevenir secuelas más graves".

El incremento de casos atendidos en la provincia de Almería respecto al año anterior no supone un aumento en la prevalencia del fenómeno, sino que, como indicaron desde Igualdad, "los mecanismos de detección son cada vez más efectivos y los recursos que pone a disposición el programa son cada vez más conocidos y accesibles".

Habitualmente son los padres o la familia los que alertan del presunto abuso a los menores, aunque también han sido varios los casos en los que han sido los propios profesores o centros escolares los que han dado la voz de alarma. Además, la mayoría de las víctimas han sufrido abusos por parte de algún familiar.

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