jueves, 29 de diciembre de 2011

En el periodismo, el contenido es el rey, la distribución la reina y la credibilidad la princesa heredera

Todos los que se dedican al periodismo saben que el contenido es el rey. Nadie pone en duda el “reinado” del contenido en el mundo del periodismo. Al fin y al cabo, el periodismo sin contenido pierde su razón de ser. DANIELLA MONTENEGRO.-Otra verdad universalmente aceptada en el periodismo es que la distribución es la reina. ¿De qué sirve entonces tener contenido sino éste no se distribuye? Sin embargo, a la “monarquía” periodística formada por contenido y credibilidad, hay que añadir un nuevo miembro. Ese nuevo miembro es una princesa y se llama credibilidad. En el mundo en el que vivimos, el contenido se relativamente “barato”. Todo el mundo puede crearlo. Ya sea través del ordenador o del teléfono móvil, todo el mundo tiene el poder de crear historias. Y no sólo eso, existen también múltiples formas de distribuir el contenido. Hoy en día, el contenido se puede distribuir en 140 caracteres a través de Twitter, a través de Facebook y otras redes sociales o de los blogs. Puesto que la tecnología ha democratizado el contenido y la distribución, será la princesa del periodismo, la credibilidad, la que rija los destinos del universo periodístico en los próximos años, asegura Robert Hernández, profesor de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur del California en un artículo para Nieman Journalism Lab Todos los que se dedican al periodismo saben que el contenido es el rey. Nadie pone en duda el “reinado” del contenido en el mundo del periodismo. Al fin y al cabo, el periodismo sin contenido pierde su razón de ser. Otra verdad universalmente aceptada en el periodismo es que la distribución es la reina. ¿De qué sirve entonces tener contenido sino éste no se distribuye? Sin embargo, a la “monarquía” periodística formada por contenido y credibilidad, hay que añadir un nuevo miembro. Ese nuevo miembro es una princesa y se llama credibilidad. En el mundo en el que vivimos, el contenido se relativamente “barato”. Todo el mundo puede crearlo. Ya sea través del ordenador o del teléfono móvil, todo el mundo tiene el poder de crear historias. Y no sólo eso, existen también múltiples formas de distribuir el contenido. Hoy en día, el contenido se puede distribuir en 140 caracteres a través de Twitter, a través de Facebook y otras redes sociales o de los blogs. En el futuro, será la credibilidad, y no tanto el contenido y la distribución, el verdadero epicentro de las marcas periodísticas. La cualidad más importante del periodismo en los próximos años será la credibilidad, ya sea global (la de la marca periodística) o individual (la de los periodistas que escriben para las marcas periodísticas). Para sobrevivir, el periodismo tiene que ser transparente, creíble y confiable. Si los ciudadanos no confían en el periodismo, se rebelarán y serán ellos los que asuman al papel de periodistas con las herramientas de contenido y de distribución que las nuevas tecnologías ponen a su disposición. Puesto que la tecnología ha democratizado el contenido y la distribución, será la princesa del periodismo, la credibilidad, la que rija los destinos del universo periodístico en los próximos años, asegura Robert Hernández, profesor de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur del California en un artículo para Nieman Journalism Lab En el futuro, será la credibilidad, y no tanto el contenido y la distribución, el verdadero epicentro de las marcas periodísticas. La cualidad más importante del periodismo en los próximos años será la credibilidad, ya sea global (la de la marca periodística) o individual (la de los periodistas que escriben para las marcas periodísticas). Para sobrevivir, el periodismo tiene que ser transparente, creíble y confiable. Si los ciudadanos no confían en el periodismo, se rebelarán y serán ellos los que asuman al papel de periodistas con las herramientas de contenido y de distribución que las nuevas tecnologías ponen a su disposición.

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