sábado, 28 de enero de 2012
El Ejido
Poniente Almeriense
Nº de Habitantes: 78000
Extensión: 240 Kms2
El municipio de El Ejido, con una población de 45.354 habitantes en 1994 y una superficie de 240 kilómetros cuadrados (limitada por los términos de Berja, Dalías, Vícar, La Mojonera y Roquetas de Mar), se localiza en el Suroeste de la provincia de Almería, en la cuenca sedimentaria existente entre la vertiente sur de la sierra de Gádor y el mar Mediterráneo, «espacio vital» reflejo del constante dinamismo de sus grupos humanos y resultado de una larga trayectoria histórica que en fecha tan reciente como 1982 desembocó en la creación jurídico-administrativa del municipio en el territorio del Campo de Dalías.
Por su situación geográfica es una auténtica solana (presenta una de las temperaturas invernales más elevadas de España: octubre 20,05 ºC, noviembre 16,43 ºC, diciembre 13,87 ºC, enero 12,4 ºC y febrero 12,93 ºC), encuadrada dentro del gran dominio de los climas mediterráneos: media anual, de horas de sol, 3.060; temperatura media anual 18,3 ºC y pluviosidad media anual, 288,24 mm. En contraste con la nula existencia de aguas superficiales, el espacio ejidense posee una excepcional riqueza de subterráneas.
Tradicionalmente en nuestra zona se ha mantenido una secular lucha contra la sequía creando un peculiar conjunto de formas de captación y utilización del agua.
Hasta que la moderna tecnología ha permitido la explotación económica de las aguas subterráneas, ha sido decisivo contar con un traspaís marítimo, abastecido hídricamente por las montañas, desde un principio el Arroyo de Celín-Dalías, al que posteriormente se le agregan Fuente Nueva y Canal de San Fernando.
En el espacio ejidense nos encontramos con dos sectores económicos y sociales que son grandes consumidores de agua: la agricultura, con un alto nivel de renta por unidad de superficie y que capitaliza a la vez agua y calor, y la sociedad urbana, que ha experimentado un crecimiento espectacular y es un consumidor cada vez más exigente; aparecen otros consumidores dignos de tenerse en cuenta como el turismo, con unos hábitos de consumo de agua potable sin comparación con los usos tradicionales de la misma.
El agricultor ejidense se ha mostrado como un decisivo factor humano del clima con la implantación del invernadero (10.000 hectáreas en el municipio), en cuya base de desarrollo subyace la idea de ampliar las ventajas que el clima ofrece, y es, por otra parte, una de las muestras más destacadas en el área mediterránea del progreso técnico de las innovaciones «ahorradoras de tierra y agua».
Información cedida por la Excma. Diputación de Almería
Daymún
Muy próximo al núcleo urbano de El Ejido, junto a la carretera de Berja, se localiza el monumento funerario conocido como Daymún.
Se trata de un mausoleo edificado a finales del siglo III o principios del IV, para albergar en su interior a los miembros fallecidos de una acomodada familia hispano-romana. Su planta, en forma de cruz griega, está delimitada en los extremos por tres arcosolios.
La construcción fue realizada con mampostería de sillarejo y mortero, sobre la que se localiza una cubierta solucionada interiormente con bóveda de cañón, siendo la exterior plana y con vertiente a dos aguas. La parte frontal se diseña con un frontispicio que enmarca el arco de la entrada.
El Daymún y otros enterramientos, más modestos, que se le asocian, pudo formar parte de una villa o hacienda rural ubicada en las proximidades de la antigua Murgi.
Castillo de Guardias Viejas
El castillo de Guardias Viejas responde al prototipo de baterías para cuatro cañones de a 24 libras diseñado por el ingeniero José Crame en el siglo XVIII.Estuvo destinado a proteger la costa de las frecuentes correrías de piratas que amenazaban la seguridad de la población y los navegantes. Durante la Guerra de la Independencia fue destruido por los ingleses y reedificado con capital privado pocos años después.
El edificio se concibe con planta cuadrangular alrededor de un patio de armas, desde el que se accede a la batería. Dos torreones la enlazan con un hornabeque formado por dos medios baluartes triangulares. El patio de armas distribuía el acceso a las estancias interiores, destinadas a albergar una dotación de infantería y caballería, además de una capilla, caballerizas y almacén de pólvora. Todas ellas cubiertas por bóvedas de medio cañón sobre muros de mampostería.
Ciavieja
Ciavieja es una Importante zona arqueológica, situada en el casco urbano de El Ejido, frente al cruce de Almerimar. En el pasado fue destruida parcialmente, aunque los restos que aún permanecen son fundamentales para el conocimiento de las sociedades que habitaron el sureste peninsular desde el año 3000 a.C. hasta la Antigüedad, en que fue solar del municipio romano de Murgi.
El estado actual del yacimiento no favorece la visita. Su evolución histórica está reflejada en la Sala Museo de Historia Local (C/Colombia, nº 16), que ofrece una secuencia expositiva de objetos arqueológicos y paneles explicativos, en torno al mosaico romano hallado en Ciavieja. Esta exposición permanente se complementa con una serie de paneles informativos sobre los métodos de la ciencia arqueológica.
Horario de visita Sala Museo de Historia Local: días laborables, de 10 a 14 y de 17 a 20 h.
Torre Fortificada
La Torre, situada junto al casco urbano de Balerma, forma parte de un complejo sistema, cuya última expresión es el Reglamento que publicó Carlos III para la defensa de la costa del Reino de Granada.
En 1803 se citaba una escalera de mampostería y puente levadizo para el acceso. En la parte superior se disponían estancias para albergar a los dos torreros que, junto a un cabo, componían la dotación, si bien tenemos constancia de que en 1849 su arquitectura estaba tan deteriorada que los torreros habitaban chozas próximas.
La planta baja albergó el repuesto y pertrechos precisos para acometer su función: proteger la zona litoral comprendida entre la torre de los Cerrillos al Este y el fuerte de Guardias Viejas al Oeste.
Horario de visita: libre.
NO DEBE PERDERSE
Frente al desvío de la carretera que conduce a Almerimar, antes de llegar a El Ejido, nos encontramos con un pequeño cerro que contiene uno de los más importantes yacimientos prehistóricos del poniente Almeriense, nos referimos al yacimiento de Ciavieja, que se remonta a la Edad del Cobre.
Cuando lleguemos a El Ejido, la primera visita obligada es a la Biblioteca Municipal, que la encontraremos en la plaza del Ayuntamiento de gran belleza marmórea, próximo a la Casa Consistorial.
Bien, pues al llegar a la biblioteca pregunten por el mosaico y sigan al encargado y prepárese para ver este suelo que procede de una residencia romana, de lo que llegó a ser su triclínum o comedor y disfrute de su gran belleza y perfección. Si desea continuar disfrutando de piezas de tal magnitud artística romana, disfrute del Museo Arqueológico que guarda restos de esta importante civilización.
Salimos por la carretera que lleva a Berja y llegaremos hasta Daymún, edificio semisubterráneo que alverga un maunsoleo familiar del siglo III. En su interior encontramos tres enigmáticos arcos esperando que depositen vajo ellos los sarcófagos de los difuntos. Para acceder a este monumento debemos de pedir permiso al Ayuntamiento, aunque a través de su verja, podemos disfrutar igualmente de su belleza.
Información cedida por la Excma. Diputación de Almería
Historia
En las tierras bajas de Almería, gracias a su privilegiada situación junto al Mediterráneo y proximidad a núcleos montañosos con importantes mineralizaciones, a finales del IV milenio y comienzos del III a. C. (Neolítico Reciente o Cultura de Almería), aparecen asentamientos humanos estables y permanentes como el de Ciavieja, el gran espacio arqueológico de El Ejido. A mediados del III milenio a. C., Edad del Cobre (Cultura de Los Millares), nos encontramos en el montículo de Ciavieja, un poblado de cabañas circulares con zócalos de piedra; se da un mayor control y diversificación (cereales, leguminosas, vid) de la producción agrícola, haciéndose necesaria una gran superficie de tierras para elevar el rendimiento del cultivo mayoritario a base de cereales de secano con barbecho.
En el mismo lugar, situado en la periferia del núcleo urbano de El Ejido, desde comienzos del II milenio hasta el año 1300 a. C. se desarrolla el poblamiento argárico; las dos tumbas, con los típicos ajuares, estudiadas pueden fecharse entre el 1800 y el 1500 a. C.Hacia el 1300 a. C., tras un intenso cambio, la agricultura se diversifica y la economía progresivamente se va haciendo de subsistencia, en el Bronce Final el poblado de Ciavieja se estanca, caminando poco a poco hacia la decadencia.
La evolución cultural de los asentamientos humanos autóctonos del Bronce Final del Sureste peninsular lleva a la formación de los pueblos ibéricos de la zona, los cuales vivían en centros relativamente urbanizados y amurallados, el más destacado es el del Cerrón de Dalías. Las poblaciones costeras de tradición fenicia, aparte de continuar sus actividades comerciales con el Norte de Africa y el Mediterráneo, expanden su área de influencia con la colonización agrícola del territorio circundante; en este contexto se sitúa el asentamiento rural de Ciavieja en El Ejido, a partir del año 209 a. C., con la caída de Cartago Nova, el dominio cartaginés se desmorona y la conquista e imposición del Estado Romano sobre esta comunidad, y las restantes, se hace imparable.
Con la concesión del derecho latino a Hispania, entre las poblaciones que, en torno a los años 70-74 d. C., emergen como municipios nos encontramos con Murgi (Ciavieja-El Ejido), mientras otras localidades parece ser que no llegaron a alcanzar tal categoría. El municipio romano de Murgi-El Ejido, centrado en la ciudad asentada en Ciavieja, con termas, circo y una próspera población, de la que es exponente el rico atuendo de joyas encontrado en la tumba de Porcia Maura, se nos presenta como un amplio territorio con núcleos de población dependientes, como probablemente ocurre con el de Turaniana (en el paraje de la Ribera de la Algaida de Roquetas de Mar), asentamientos rurales (Lomas de la Mezquita y de Onáyar y otros como Tarambana, Cortijo Quesada, Vacía Costales, Tres Aljibes, etc.), villas o grandes haciendas rurales (Onáyar, Tarambana) y un puerto en Guardias Viejas.
El Arroyo de Celín-Dalías discurre hasta el territorio ejidense por el barranco de las Fuentes y rambla de Almecete, estableciéndose las canalizaciones necesarias para su uso, acción que no representa dificultades para una civilización del agua como es la romana.
La comunidad murgitana interviene sobre el territorio cultivando preferentemente cereales y sometiéndolo a una normativa que jurídicamente ha repartido la tierra, aplicando la centuriación o sistema de división en cuadros regulares, sobre todo en las cañadas, sin olvidar la periferia de las mismas.
De la ganadería en esta época únicamente se conocen generalidades, sólo para una indeterminada época tardorromana la toponimia conserva huellas contradictorias: el paraje de Cabriles sugiere una complementariedad estacional de pastos.En la costa de El Ejido existía ya actividad pesquera en época prerromana, la cual será mantenida por Murgi.
El régimen de propiedad dividido parece ser que cambió a partir de comienzos del siglo III d. C. incrementándose con el paso del tiempo; y a pesar de la crisis económica que afecta al Imperio en este siglo, en Murgi se construyen mansiones como en la que se encontró un mosaico de tema báquico y el mausoleo conocido con el nombre de Daimuz.
Reyes Católicos
Sin embargo no escapa a la intensificación de la ruralización y al cambio en el régimen de tenencia de la tierra a partir de mediados del siglo III d.C. : las villas de Onáyar y de Tarambana son centros de importantes latifundios.
La decadencia de la vida urbana en Murgi, el desarrollo imparable de la ruralización y del latifundismo favorecieron la dispersión del hábitat, encontrándonos con un interesante poblamiento concentrado en Onáyar (en la cañada de este nombre desemboca la rambla de Almecete, importante vía de comunicación con el interior, y por ella discurre el agua del Arroyo de Celín-Dalías hacia la zona de El Ejido).
Moriscos y repobladores
Tras la conquista del reino de Granada por los Reyes Católicos, la taha de Dalías permanece realenga. Los moriscos, que constituyen una abrumadura mayoría, conservan sus propiedades, mientras los cristianos viejos, llegados en una primera oleada, están en absoluta minoría, ambas comunidades se concentran en el espacio reducido del Valle de Dalías.
La actividad agraria se mantiene en el Campo, no olvidemos que los moriscos son grandes consumidores de pan de cebada. La actividad pesquera morisca en Balerma se ve más afectada que la agricultura por las indecisiones y fluctuaciones de los tiempos, reflejadas en cargas y restricciones por razones de seguridad, ya que, entre otras cosas, el sector costero de Balerma Guardias Viejas era elegido por los moriscos que decidían huir; en un secuestro de bienes de moriscos de Dalías del año 1567 se lee «todos estos dichos bienes son de la primera barca que se fue y llevaron del Tauri en Malerva» (Archivo de la Alhambra de Granada. L. 248-60, fol. 2 v.). En el mismo año, en otro secuestro de bienes de moriscos huidos de Dalías, se consigna «bienes del Gançis: no se hallaron ningunos, que era pobre y trabajaba en la mar», hecho significativo y en la línea del bajo nivel de vida, en algunos casos bastante precario, de los pescadores.
Como uno de los espacios de pastos más importantes del reino de Granada, la oligarquía cortesana mostró muy pronto interés por desarrollar en el espacio ejidense el sector ganadero.
En una primera propuesta, en las negociaciones con los Reyes Católicos, los alcaides granadinos Abú-l-Qasin, Al-Mulih, e Ibn Kumasa consiguieron que les otorgaran el «Campo de Dalía para que pascan vuestros ganados», aunque la concesión al final quedó más ambigua: «que en el Campo de Dalía pascan los ganados de los moros en tiempo de yvierno».Los altos cargos salieron beneficiados en el arriendo de los pastos; así los monarcas traspasaron en 1523 los derechos de herbaje del Campo de Dalías a Francisco de los Cobos.
El proteccionismo regio sobre la ganadería mesteña origina la llegada de ganados foráneos al territorio de El Ejido, en donde invernaban de mediados de octubre a mediados de abril. Como ejemplo, citamos dos casos significativos: en octubre de 1568 sale, del cortijo del Quempe en Huelma (Jaén), un rebaño de 3.115 ovejas hacia el Campo de Dalías; y en Almería a 24 de enero de 1569, Pedro Fernández vecino de la ciudad de Avila, Gregorio de Buenavista vecino de Granada, Pedro de Huerta vecino de Burgos (...) de Masegosa vecino de Beteta en el obispado de Cuenca, Juan Abade vecino de Burgos, Lorenzo Hernández vecino de Castillo Potrerra de Sevilla, Domingo Navarro vecino de Mayorlionsobi (sic) del reino de Navarra, Bartolomé Pérez vecino de Hermosilla tierra de Zamora y Gregorio de Tudela vecino de Tudela de Ebro.
Pastores de ganados «ovejunos» en el Campo de Dalías, comparecen ante el escribano Cosme de Quevedo y dan poder a Juan García Torres, vecino de Almería, para que pueda cobrar las partes que les corresponden de más de 220 cabezas de ganado vacuno que ellos recogieron en el Campo de Dalías, pertenecientes a los moriscos rebeldes de la taha de Andarax y de otros lugares de la Alpujarra.
Lo expuesto anteriormente muestra que, si bien la ganadería morisca quedó al margen de la política ganadera desarrollada en el reino de Granada, persistía y en la misma el Campo de Dalías desempeñaba un importante papel. En Laujar, el 3 de junio de 1572, varias personas comparecen ante Alonso de Frías, alcalde mayor de la Alpujarra y juez de comisión para el repartimiento de la taha de Andarax, y preguntados qué exidos y dehesas hay en los lugares y términos de esta taha (Andarax) dixeron que no hay ningún egido, ni dehesa particular y que todo es pasto común y que de invierno tenían los ganados en el Campo de Dalías, que está cinco leguas de aquí y de verano a la sierra Nevada y a la de Gádor» (Archivo Municipal de Fondón. Libro del Apeo-Repartimiento de Fondón, copia de 1773, fol. 76 r-v.).
En Dalías, como en el resto del reino de Granada, fue conflictiva la coexistencia de las comunidades morisca y cristiana vieja. El año 1568 fue de vacilaciones y dudas; Mármol de Caravajal escribe que los moriscos «comenzaron a convocar rebelión», su levantamiento, derrota y finalmente expulsión a finales de 1570 trae como consecuencia la confiscación de sus bienes raíces.
El último tercio del siglo XVI es decisivo en la evolución de El Ejido al producirse el gran cambio originado por la transferencia forzada de la propiedad de la tierra de los moriscos a los repobladores cristianos viejos, que se agrupan en Dalías (lugares-barrios de Ambrox, Celín y El Hizán). Si la nueva sociedad en el Valle-regadío se adapta a las estructuras islámicas en el territorio ejidense se originarán profundos cambios en los modos y los niveles económicos de explotación de su tierra, con el resultado de la potenciación del secano y el cultivo de cereales.
En septiembre de 1575 se reparten 1.390 fanegas en el Campo de Dalías-El Ejido en 1.349 suertes entre 97 beneficiarios. Las 10 fanegas de cada una de las suertes se distribuyen en cuatro sectores.
Cada uno de los sectores recibe un riego cuatrienal con el agua sobrante de la Vega de Dalías que llega por la Acequia del Campo, la herencia musulmana se mantiene.La distribución de las 139 suertes se realizó de la siguiente manera:
72 beneficiarios 1 suerte
17 beneficiarios 2 suertes
3 beneficiarios 3 suertes
3 beneficiarios 4 suertes
3 beneficiarios 5 suertes
1 beneficiarios 7 suertes
En el siglo XVII la sociedad repobladora continúa su adaptación, en la vega-huerta del Valle de Dalías, a las estructuras agrarias moriscas, mientras que en la zona de El Ejido desarrolla plenamente y sin trabajas el modelo castellano de una agricultura cerealista de secano, que llevará a la potenciación y ampliación de las tierras de cultivo y al mantenimiento y conservación de la Acequia del Campo y su completa red de aljibes.
La ampliación de la superficie de cultivo en el territorio ejidense significa que nos encontramos ante un interesante proceso de roturación y de paso de tierras públicas a propiedad privada.
El proceso de castellanización culmina a mediados del siglo XVIII y se ha reflejado en un considerable incremento de la superficie cultivada, resultado de una intensa acción roturadora, el mantenimiento y ampliación de los regadíos ligados a la Acequia del Campo «a proporción del aumento o disminución de las aguas (Arroyo de Celín-Dalías) y sin causar falta a las tierras de vega, que tienen la prelación, por lo qual está dividido su cultivo en quatro hojas o en quatro años uno de cosecha y tres de descanso» (Archivo Histórico Provincial de Almería, Catastro de Ensenada E.61); no obstante, tienen la consideración de tierras de riego, según la respuesta a la pregunta décima de las Generales del Catastro de Ensenada «las suertes del Campo estas suelen regarse conforme a la abundancia de las aguas, aunque su situación son de regadío».
Se intensifica el cultivo en los «derramaderos» de las distintas cañadas y se amplía la red de aljibes.
En 1751 la superficie cultivada en el Campo de Dalías (municipio de El Ejido) es de 5.785 fanegas, de las que 3.564 corresponden a las «suertes» y 2.221 a los «derramaderos»-secanos y el número de propietarios de 405.
La nueva sociedad repobladora en el último cuarto del siglo XVI inicia la difícil reconstrucción de la actividad ganadera. El territorio ejidense es muy probable que desempeñara un importante papel como foco de recepción para una serie de ganaderos relativamente modestos, que para sus rebaños de 200 a 500 cabezas utilizaban las estructuras de gestión de los rebaños mayores mesteños, por lo que se vería afectado por unas ramificaciones de la Mesta que probablemente representaran un papel de Mestas satélites o secundarias.
A lo largo del siglo XVII la cabaña local experimenta un auge constante, compatible con la llegada de ganados foráneos procedentes de Baza, Orce, Puebla de Don Fadrique, Huéscar, Cúllar, Granada, Caniles, Dólar, Ferreira del Marquesado del Cenete, La Calahorra, Guadix, Alcalá la Real, Ohanes, Fiñana, Laujar de Andarax, Paterna, Gérgal, Fondón, etc. Será a partir del segundo cuarto del siglo XVII cuando se establezcan algunos cotos cárnicos y boyales, llamados también «toriles»; recuerdo de esta circunstancia en el municipio de El Ejido es el paraje conocido con el nombre de El Toril, en torno al interesante aljibe del mismo nombre.
Ante los requerimientos de la Real Hacienda y el desarrollo de la ganadería, las compras de terrenos realengos por parte de los concejos se suceden con el fin, entre otros, de evitar la intromisión de ganados foráneos. En 1741, Dalías paga 55.000 reales por la «marina» comprendida entre Los Cerrillos y Las Entinas, y a mediados del siglo XVIII «previene que la comunidad de los pastos en el terreno de esta villa no tiene señalamiento específico y comprende al todo del terreno, así montuoso, como tierras de labor». En 1751 la ganadería local de Dalías-Territorio ejidense se distribuía fundamentalmente entre el ganado cabrío (13.984 cabezas) y el ovino (4.574 cabezas), con un total de 18.558 cabezas, distribuidas entre 163 propietarios.
En la última década del siglo XVII don Francisco García Figueredo, presbítero vecino de la villa de Dalías, solicita al papa Alejandro VIII levantar una capilla en Balerma para que «tuviese misa tanta gente como se quedaba sin oírla los días festivos, pues en lo ordinario pasan de trescientas personas» (Archivo de la Curia Eclesiástica de Granada. Leg. 126-F.); tras algunos avatares, la capilla se construyó. En estos tiempos la desigualdad y dependencia respecto a Dalías es total y así continuará, siendo significativo que a mediados del siglo XVIII en el Campo sólo existen dos casas habitadas permanentemente y 26 temporalmente.
En el último cuarto del siglo XVI y a lo largo del XVII, en el que ya se ha consolidado la nueva sociedad repobladora, y del XVIII, los poderes públicos velan por el carácter común de aljibes y balsas, de los que, para mediados de este último siglo y aunque sin duda alguna existía más, hemos localizado documentalmente los siguientes, aparte de los citados anteriormente: «Seco de Oras», Santos, Blanco de Onáyar, Morato, Ugíjar, Tesoro, Tres Aljibes, Tomillar, Pedro de la Hoya y Galianilla; mientras que las balsas asimismo identificadas documentalmente para esta época son las siguientes: Varela, Cabriles, Vieja, Tejar, Cortés, Don Luis, Sapo y los albercones de Montoya y de Cabriles.
Industrialización y mecanización
En torno a 1958, Ramón Algarra comunicó al Museo Arqueológico de Almería que había encontrado en Onáyar la planta de una basílica paleocristiana, sin más datos, y por no haberse actuado en su momento, no se han localizado sus restos, pero sí algún enterramiento, cerámica paleocristiana del siglo IV, y un gran edificio, evolucionado de una villa romana, parte del cual se destinó a uso industrial (se han hallado restos de un horno relacionado con la fabricación de vidrio) durante los siglos IV y v d. C.
La hipotética existencia de una basílica paleocristiana en este yacimiento, el segundo gran espacio arqueológico de El Ejido, aún no ha podido ser confirmada, entre otras circunstancias, por lo reducido del terreno excavado.
Si bien a partir del siglo IV d. C. la población empieza a concentrarse en el interior, la importancia económica que conserva, Murgi pudo, por algún tiempo, mantener en parte su población, simultáneamente con otros asentamientos como el de Onáyar; estamos asistiendo a interesantes cambios, a otra fase histórica de la cultura romana en El Ejido.
Con la presencia y creación del reino visigodo de Toledo, el inciso de la ocupación bizantina del Sureste en el siglo vi d. C., la vida se ha ruralizado, probablemente Murgi fue abandonada en los primeros años del siglo VII d. C.: desaparece El Ejido romano y aparecen unos tiempos difíciles en los que el asentamiento atormentado de una población dispersa, periódicamente diezmada, hace que la dinámica del cambio introducido por el próspero municipio romano de Murgi-El Ejido desaparezca.
El estado de la cuestión confirma que, bien con poblamiento musulmán permanente o temporal, la zona de El Ejido, que hasta el siglo IV d. C. había desempeñado un papel preponderante y autónomo, a partir del establecimiento de los musulmanes presenta una clara dependencia de la comunidad instalada en el Valle de Dalías, iniciándose un proceso de periferización, pues en función del núcleo urbano de Dalías (barrios de Ambroz, Celín, El Hizán, Odba y Almecete) se ordena: sierra, vega, campo (municipio de El Ejido) y costa-mar (actividad salinera y pesquera), con todos los condicionantes que el mismo núcleo supone y los determinantes que la propia naturaleza ofrece.
El establecimiento de los musulmanes en el Valle de Dalías, al que someten a un intenso regadío, significa que el agua del manantial del Arroyo de Celín, denominado también de las Fuentes, que hasta entonces llegaba al territorio ejidense sin trabas, lo hará a partir de ahora en función de la prioritaria necesidad de los núcleos de población, muy próximos entre sí (Ambroz, Celín, El Hizán, Odba y Almecete), y de la vega-huerta, por lo que en el Campo se implanta un sistema de riego temporal por «hojas» (agrupación de las cañadas en cuatro sectores, regándose cada uno de ellos con una cadencia de cuatro años), compatible con la utilización del agua para abastecimiento humano y ganadero (aljibes y balsas) por medio de la Acequia del Campo (acequia de Odba hasta el Boquerón del Campo y rambla de Almecete).
Aparece un espacio rural: Valle y Campo, que son en realidad la parte del espacio social global donde la comunidad musulmana se establece. Dalías presenta, respecto a otras tahas alpujarreñas, la originalidad de contar con un extenso Campo (municipio de El Ejido) dedicado al cultivo de cereales y a la ganadería, con una trama parcelaria de notable regularidad que contrasta con la irregularidad que presenta la de la Vega, intensamente arbolada (olivos, morales, etc.) destinada preferentemente al cultivo de hortalizas y leguminosas y en menor escala al de cereales.
En nuestra zona la ganadería fue adquiriendo un valor creciente conforme las necesidades ganaderas aumentaban en Al-Andalus; algunos autores piensan que fue, precisamente, esta actividad la que motivó la inclusión de Dalías y su Campo (municipio de El Ejido) entre las circunscripciones ganaderas ya en el siglo x. El Campo de Dalías quedó progresivamente abandonado desde finales del siglo XIII, de modo paralelo a la construcción de numerosos aljibes ganaderos. Ibn al-Jatib apreció en la primera mitad del siglo XIV la calidad de los quesos y corderos del mismo; en esta fecha ya estaba desarrollado el aprovechamiento pecuario de nuestra zona de manera sistemática.
La capacidad tecnológico-cultural de los musulmanes se impone en el espacio ejidense, un medio bastante más duro y hostil que el Valle de Dalías, desarrollando una amplia variedad de métodos de captación, encauzamiento y almacenamiento de agua.
El ejemplo más acabado viene dado por los aljibes, entre los que podemos distinguir dos grandes grupos: uno formado por depósitos, más bien pequeños, de medidas exteriores comprendidas entre siete y ocho metros de longitud y de tres a tres metros y cuarenta centímetros de anchura (aljibes del Damuz, Hoyuela de Onáyar, Terreras, Quebrado, etc.).
Fiestas y Tradiciones
FIESTAS
ENERO
Fiestas de S. Antón (S. Agustín)
Lugar: San Agustín (El Ejido). Periodo: Mediados de Enero
FEBRERO
Carnavales
Lugar: Toda la localidad. Periodo: Febrero
ABRIL
Fiestas de San Marcos
Lugar: El Ejido. Periodo: Finales de Abril
MAYO
Cruces de mayo
Lugar: toda la localidad. Periodo: Principios de Mayo
Fiestas Patronales de Venta Carmona
Lugar: Venta Carmona (El Ejido). Periodo: Principios de Mayo
Fiestas Patronales de La Loma de la Mezquita
Lugar: Loma de la Mezquita (El Ejido). Periodo: Finales de Mayo
JUNIO
Fiestas Patronales de Matalagorda
Lugar: Matagorda (El Ejido). Periodo: Principios de Junio
Hogueras de San Juan
Lugar: Almerimar y Balerma (El Ejido). Periodo: 24-25 Junio
Fiesta Mayor de San Isidro
Lugar: El Ejido. Periodo: Finales de Junio
JULIO
Fiestas Patronales de Santo Domingo
Lugar: Santo Domingo (El Ejido). Periodo: Principios de Julio
Fiesta de la Virgen del Carmen
Lugar: Almerimar (El Ejido). Periodo: 16 Julio
Fiestas Patronales de Las Norias
Lugar: Las Norias de Daza (El Ejido). Periodo: Mediados de Julio
Natural Music Festival
Lugar: Guardias Viejas (El Ejido). Periodo: Mediados de Julio
AGOSTO
Fiesta de la Virgen de las Mercedes
Lugar: Balerma (El Ejido). Periodo: Mediados de Agosto
Fiestas de San Rafael en El Pampanico
Lugar: Pampanico (El Ejido). Periodo: Finales de Agosto
Fiestas de San Agustín
Lugar: San Agustín (El Ejido). Periodo: Finales de Agosto
SEPTIEMBRE
Fiestas Patronales de San Silvestre
Lugar: San Silvestre (El Ejido). Periodo: Mediados de Septiembre
Día del Municipio en El Ejido
Lugar: El Ejido Periodo: 11de Septiembre
OCTUBRE
Fiestas del Pilar
Lugar: Calahonda (El Ejido). Periodo: Mediados de Octubre
Información cedida por Excma. Diputación de Almería
Gastronomía
El Ejido cuenta con una rica y variada gastronomía, donde el paladar más exquisito no sólo podrá degustar los platos típicos, heredados de la Alpujarra Almeriense y Granadina, sino que también podrá saborear una cocina sana basada en la dieta mediterránea, predominando los platos elaborados con hortalizas y frutas de nuestra tierra, exportados a medio mundo. Debino a nuestra presencia junto al mar el pescado también preside nuestra mesa.
A ello se suma la cocina internacional y la nueva cocina como muestra de la diversidad de establecimientos de restauración implantados en nuestro entorno.
Las Tapas
Desde restaurantes a bares típicos, en las terrazas se pueden paladear las famosas "tapas", servidas por tradición de forma gratuita con las bebidas.Ir de tapeo supone un recorrido por la rica gastronomía ejidense, donde se combina el pescado y la verdura
Información cedida por el Excmo. Ayuntamiento de El Ejido
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