domingo, 4 de marzo de 2012

El calvario de Isabel Preysler

Pasa horas a los pies de la cama de Miguel Boyer, en estado grave. Hace cinco meses perdió a su hermana menor LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin Isabel está destrozada, aunque no pierde la esperanza». La periodista Rosa Villacastín define así, y con voz afectada, el estado anímico de la esposa de Miguel Boyer. Se encuentra muy afligida. Lo mismo ha comentado su amiga íntima Elena Benarroch: «Es fuerte, pero también muy sensible y lo está pasando muy mal». Preysler no coge el teléfono, apenas habla con los más allegados, como los amigos de la pareja (Carlos Solchaga, José María Amusátegui y su esposa, Amalia, o Fernando Fernández Tapias) y pasa muchas horas en la clínica Ruber de Madrid. Cuando sale, con semblante visiblemente cansado, oculta sus ojos detrás de sus inseparables gafas oscuras y ante la prensa guarda silencio, el que exige, por otra parte, el momento tan delicado por el que atraviesa el exministro de Economía. Boyer, de 73 años, continúa en la unidad de cuidados intensivos donde ingresó en la madrugada del martes con una hemorragia cerebral que exigió intervención quirúrgica. La evolución es favorable y permanece estable en la unidad de cuidados intensivos. El parte médico facilitado ayer por la tarde -a petición expresa de la familia- por el doctor que le atiende, el neurocirujano Pedro Matas, expone que la situación de Boyer sigue siendo «de gravedad, teniendo en cuenta las características de la lesión hemorrágica». Mantiene las constantes vitales, pero permanece sedado y aún precisa de ventilación asistida, por lo que no lo trasladarán a planta. Hasta el lunes, no volverá a emitirse ningún otro parte. Isabel Preysler, que el 18 de febrero cumplió 61 años, está desolada, pero no sola. Su hija Ana, la menor y fruto de la historia de amor con el economista y expolítico, y Tamara Falcó, hija en común con el marqués de Griñón, no la dejan sola ni un minuto y la acompañan siempre en sus visitas a la clínica. Tampoco se separa de su padre enfermo Laura, nacida del primer matrimonio de Boyer con Elena Arnedo. La que en su día fuera indiscutible reina de corazones, imagen de Porcelanosa y cotizada en las más altas reuniones sociales, pasa la mayor parte de su tiempo a los pies de la cama de Boyer, con quien ha compartido 25 años de vida. Una relación por fin estable -por la que en su momento nadie apostaba- después del fracaso de sus anteriores enlaces con Julio Iglesias, del que nacieron Chabeli, Enrique y Julio, y con Carlos Falcó. Isabel conoció a su actual esposo en 1982, antes de que el PSOE ganara las elecciones, en la casa de una amiga de Boyer. Los presentó un cuñado de Calvo Sotelo, quien, previamente, había invitado a la filipina diciéndole que iba a conocer a «una de las cabezas más brillantes de España», recuerda la periodista y colaboradora televisiva. Estaba casada por entonces con el marqués de Griñón, pero hubo flechazo. Pudo más la inteligencia y el gran sentido del humor del político que su relación aristocrática. La boda, íntima y por lo civil, se celebró el 2 de enero de 1988. Hasta ahora. Miguel Boyer (San Juan de la Luz, 1939) fue el 'superministro' de Gonzaléz entre 1982 y 1985, mandato bajo el que se produjo la expropiación del grupo Rumasa (18 bancos y cerca de 400 empresas) presidido por José María Ruiz-Mateos, quien, por cierto, le ha deseado una pronta recuperación. Después comenzó una frenética carrera empresarial que le llevó a presidir el Banco Exterior y CLH (la antigua Campsa), y a ser la mano derecha de Esther Koplowitz en FCC. En la actualidad pertenece a varios consejos de administración, como Red Eléctrica o Reyal Urbis. Se dice que sus ingresos no bajan del millón de euros anuales. Muerte de la hermana Famosa y rica también lo es su esposa. Pero la vida sacude a todos por igual. Aunque Isabel Preysler lleva cinco meses sin levantar cabeza y la tragedia se ceba con ella. El pasado 1 de octubre fallecía su hermana, Beatriz, de un cáncer de pulmón del que pensaban que se iba a recuperar. Tenía 53 años. Ambas hermanas estaban muy unidas tras el divorcio de Beatriz. Y, sin haber superado aún la desgracia, le llega otra. «Ha sido un palo muy fuerte porque son cosas que nunca se esperan», comenta Villacastín, pendiente en todo momento del estado de salud de Boyer y de la evolución de una patología que conoce muy bien porque su madre la sufrió a los 84 años y la superó gracias a que actuaron con rapidez y a las manos del doctor Jaime Masjuan, coordinador de la Unidad de Ictus del hospital Ramón y Cajal de Madrid. Masjuán alerta del crecimiento del número de casos, unos cien mil anuales en España. Sobre las secuelas, el doctor prefiere hablar antes de pronóstico de vida. «Dependerá de las complicaciones de la operación y de la enfermedad en sí misma», explica. El derrame le puede dejar lesiones, pero ojalá tenga la suerte de Alberto Contador, Silvia Abascal o María Escario, entre muchos otros que han pasado por ese trance, que se han recuperado de manera extraordinaria.

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