lunes, 4 de junio de 2012

Recuperar la Plaza Vieja

Luis Rogelio Rodríguez Comendador
Alcalde de Almería




Los almerienses que perciben en la actuación de la Junta de Andalucía una permanente labor de bloqueo administrativo y desdén hacia nuestras inquietudes habrán encontrado un nuevo motivo de reafirmación de sus planteamientos en la desmedida reacción del gobierno andaluz a la propuesta municipal de retomar en solitario las obras de la Plaza Vieja. Todos los almerienses saben perfectamente que el histórico edificio del Ayuntamiento de nuestra capital está abandonado a su suerte y cubierto con una lona para poner un poco de decoro en el estado de abandono y desatención de una obra que la Junta de Andalucía tenía que haber entregado a los almerienses en 2005. En 2012, el Ayuntamiento, en vista no sólo del incumplimiento y del retraso acumulado, sino especialmente de la falta de perspectivas de inversión por parte del gobierno autonómico, ha ofrecido a la Junta la posibilidad de asumir en solitario la financiación de esta importante obra. Lamentablemente, la respuesta de las autoridades socialistas no ha hecho más que ahondar en la percepción de muchos almerienses que ven en la Junta de Andalucía un factor limitante del desarrollo y progreso de Almería, puesto que en lugar de recibir nuestra propuesta con una voluntad de acuerdo y colaboración en búsqueda del interés general de los almerienses, han vuelto a desempolvar el discurso de la confrontación, las deudas mutuas y otros factores que, además de muy discutibles, no aportan más que desencanto y hartazgo a los ciudadanos. Y es que la recuperación de la Casa Consistorial y la Plaza Vieja es algo que va mucho más allá de las cuestiones partidistas o económicas. Como Alcalde, tengo que decir que es impresentable que Almería tenga en semejante estado el corazón administrativo e histórico de la capital de su provincia. Además de eso, la finalización de las obras y la vuelta de la actividad municipal a la Plaza Vieja es un factor que no sólo beneficia al Ayuntamiento, sino a todo el entorno social y económico del casco histórico, puesto que devolveríamos la presencia activa de clientes y visitantes en la zona. Luego no viene a cuento reaccionar desde la crispación ante lo que no es sino una propuesta de hacer ciudad en el sentido literal de la palabra. El Ayuntamiento está dispuesto a terminar en solitario esas necesarias obras y ya negociaremos con la Junta el modo y los plazos de restitución del dinero empleado. Pero para la Junta eso no importa. Para la Junta eso no vale. A la Junta de Andalucía parece gustarle más una polémica mediática que una rehabilitación tan importante desde el punto de vista administrativo, social, histórico y turístico. Es la diferencia entre hacer propuestas pensadas por, desde y para Almería y en hacer política bajo los intereses y premisas impuestas desde Sevilla.


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