martes, 12 de junio de 2012

UNA SILLA DE RUEDAS PERMITIRÁ A ANTONIA SALIR A LA CALLE TRAS OCHO AÑOS

Ayuntamiento y Palacio Arboleas entregan la silla a una usuaria del servicio de ayuda a domicilio que se encuentra impedida

LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Antonia, una vecina de Gádor, que llevaba ocho largos años sin poder salir a su casa debido a una dolencia de cadera ha podido finalmente cumplir su sueño, gracias a la silla de ruedas de la que le han hecho entrega el Ayuntamiento de la Villa y Palacio Arboleas Sociedad Cooperativa de Interés Social, que actualmente presta el servicio de ayuda a domicilio en la localidad gadorense.
Antonia García Trujillo, una mujer mayor nacida a mediados de junio del año 1932, que el próximo día 13 cumple 80 años, ha obtenido seguramente su mejor regalo de cumpleaños: esta silla de ruedas con la que podrá a partir de ahora pasear nuevamente por las calles y plazas de la villa y visitar a sus vecinos y familiares, acompañada eso sí, de sus nietos e hijos, a los que siempre tiene en su boca con palabras de profundo cariño.
Según nos cuenta, Antonia ha sufrido dos operaciones de huesos. Una de rodilla y otra de cadera, de la que quedó “sólo regular”. Esta dolencia, sumada a su avanzada edad han hecho con el paso de los años que Antonia este cada vez más impedida para salir a la calle y su mundo se ha ido limitando a la cuatro paredes de su domicilio, desde donde no sale hace ya ocho años, una eternidad.
Antonia es una de las usuarias del servicio de ayuda a domicilio que atiende la sociedad cooperativa de interés social Palacio Arboleas en Gádor y sensibilizados con la situación personal esta mujer, a la que profesan gran afecto y cariño, han gestionado con el Ayuntamiento de Gádor hacerle este regalo.
Y como ocurre en la vida, todo llega antes o después. El otro día la teniente alcalde del Ayuntamiento de Gádor, Lourdes Ramos, y Martirio Castilla, representante de Palacio Arboleas y varios trabajadores de la empresa, se acercaron por sorpresa al domicilio de Antonia para hacerle entrega de su nueva silla de ruedas. Antonia los recibió con la hospitalidad y el agrado de una persona que se siente querida y atendida y, al ver su nueva silla, no pudo evitar emocionarse, como tampoco pudo dejar de emocionar a quienes se encotraban en ese momento junto a ella. Antonia, ya puede pisar la calle

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