miércoles, 25 de julio de 2012

Marca España II


Eloisa Mª Cabrera Carmona |
LA sorpresa era la sensación que hace un año llegó sin esperarla. Una fusión de pesca y agricultura, de Galicia y Andalucía, de Pulpo y hortalizas originó en mí la necesidad de escribir la primera entrega de Marca España. Un artículo dónde reclamaba, el pasado verano, la composición de un enjambre en la defensa de lo nuestro. Una alianza que debía comenzar con la unión de territorios y un interés mutuo por conseguir una España mejor a través de los dos sectores económicos más tradicionales e importantes de nuestro país, con el permiso del sector turístico. Era la hora de tomar medidas encaminadas a la defensa de los ciudadanos, mientras el Gobierno socialista tenía en la ausencia de decisiones su denominador común.

En el análisis de una situación que ha cambiado ostensiblemente, cuando mi conciencia y mi responsabilidad me obliga a realizar una segunda entrega de aquel artículo que estos días se forja de actualidad ante los acontecimientos de un Gobierno que no mira impasible el acontecer y se escuda en esa unión de territorios como solución a una crisis heredada ante tanta impasividad del Gobierno anterior. Es la hora de buscar la unión de todos para llegar al bien común, con la competitividad como compañera de viaje, en la fusión de intereses, estrategias y objetivos de un país que debe olvidarse de rencillas y buscar puntos de unión para el beneficio común.

La agricultura y la pesca continúan siendo los dos sectores llamados a voltear una situación económica que afecta a un país que ahora sí atiende a las necesidades de su economía con medidas necesarias, es verdad, que duras y difíciles, pero vitales para mantener con vida a una nación que ha asistido estos últimos años a la decadencia de su prestigio y a la ausencia de importancia en los órganos de decisión internacionales. Mariano Rajoy ha conseguido en apenas unos meses situar nuestro país en los principales foros de decisión europeos, y con ello, que España vuelva a ser escuchada y respetada en el mundo. De igual forma, en aquel primer artículo me aventuraba a adelantar una de las promesas del actual Presidente del Gobierno. Su intención era instaurar de nuevo el Ministerio de Agricultura y Pesca que había suprimido el Gobierno socialista. Eso hoy, es una realidad, teniendo como principales objetivos la consecución de una Marca España que sea sinónimo de calidad en el producto, fuerza en lo comercial, y competitividad en el mercado. Una marca que sepa enfrentar los retos del futuro, hacer frente a las guerras comerciales desleales, y que en sí misma conllevara la solidaridad de todas las comunidades de España, sin fisuras; exactamente lo que reclamaba el pasado verano.

Nuestros ciudadanos… Agricultores, pescadores, empresarios, pequeños y medianos comerciantes, asalariados, y fundamentalmente por la actualidad creada, funcionarios que estos días miran con recelo y preocupación su situación laboral, deben ser conscientes de la gravísima situación que el nuevo Gobierno ha encontrado nuestro país. Con datos encerrados en la falsedad de cifras y en la desvertebración de territorios y objetivos, es verdad, que las medidas no son del agrado de nadie, pero hay que ser conscientes que un enfermo por grave que esté nunca hay que dejarlo llegar a la situación de terminal. Y para ello, como saben los excelentes médicos que posee nuestro sistema sanitario, hay que tomar medidas drásticas que en ocasiones son capaces de afectar a otros órganos que después de salvar la situación vital del enfermo son susceptibles de sanarse. Hay que ser conscientes que los mal llamados recortes no son más que las decisiones de un Gobierno que va a sacarnos de una crisis que se ha encontrado tras años de despilfarro y subvenciones sin sentido en el acomodo de un populismo ineficaz e ineficiente. En cambio, desde noviembre, España apuesta por el avance, por el progreso, y por el desarrollo de iniciativas encaminadas a la inversión en futuro. Un claro ejemplo es la facilidad puesta a disposición de los ciudadanos para la apertura de sus iniciativas y proyectos. Una medida llevaba a cabo por el Gobierno Central y a la que a Roquetas de Mar se ha acogido sin dudarlo un segundo. Con sólo una Declaración Responsable, cualquier ciudadano podrá abrir su negocio para después, y una vez iniciada su actividad, ser inspeccionado por los técnicos municipales. Es sólo un ejemplo, sí, pero habla por sí mismo de la clara intención por facilitar que el progreso y el desarrollo vuelvan a acercarse a nuestras calles.

La solidaridad entre territorios, la unión de objetivos, y la firmeza consciente y constructiva de los que gobiernan hoy nuestro país serán capaces, con la complicidad de todos, de demostrar como fusionados en la Marca España somos capaces de salir de esta difícil situación que hoy soportamos todos. Y en ello, nuestra provincia es ejemplo de conocer la penuria y la pobreza, y en apenas unas décadas, cambiarla por progreso, desarrollo y riqueza. Hemos sido los almerienses el modelo dónde se han fijado otros en la demostración de cómo con sacrificio y dedicación hemos superado momentos complicados, siendo nuestra filosofía siempre la misma, "trabajo, trabajo y cuando el cansancio nos embarga, más trabajo". De eso saben muchos nuestros mayores por la experiencia y la realidad que les tocó vivir. Ellos saben que una España dividida es una España sin futuro, de que nuestro país con gobiernos inertes es un país llamado a la ruina y de que una nación sin trabajo es una nación sin posibilidad de futuro. Hay que fijarse en nuestra historia, hay que analizar nuestro pasado y nuestra tradición, para que el sentimiento de nación inquebrantable embargue a todos los ciudadanos en pos del objetivo común, una Marca España, que eleve el país a los niveles que jamás tuvo que abandonar. Por todo ello, la solución continúa en nuestras manos.



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