Ya lo dijo Rajoy en su visita oficial al país luso: "Portugal es nuestro ejemplo"
LAEDICION.NET.-¿Necesita España un rescate? María Casado, en la primera entrevista del Presidente Rajoy en televisión, no rompió el hielo con una sorprendente pregunta, sino con una obviedad entre indulgentes interrogaciones.Por donde pasa Rajoy a lo largo y ancho de Europa, es como si pasase un paciente español en lista de espera para entrar en el quirófano de la troika.
Se oyen cuchicheos en los corredores, entre eurócratas que pierden el tiempo, nuestro tiempo, haciendo apuestas entre ellos:
"¡Cien euros a que le hincan el bisturí en pleno otoño!"
Cualquier español que viva cerca de la frontera entre España y Portugal, un gallego, un zamorano, un salmantino, un extremeño o un andaluz occidental de esos que pasan la "raya" con frecuencia, sabe que las diferentes medidas adoptadas por Passos Coelho en el país vecino, han sido preludios, profecías infalibles de los acuerdos que se iban a adoptar en España en inmediatos Consejos de Ministros.
Lisboa ha sido el punto de referencia de Madrid. La Capital más cercana de un Estado convicto y confeso de SIDA económico, con certificado de inmuno-deficiencia adquirida en déficit, en deuda soberana, en deuda privada y en sistema financiero, rubricado y sellado por la troika.
Pero los síntomas de Portugal, diagnosticados y sometidos a terapia de choque por la Comisión Europea, el FMI y el BCE, son los mismos que los síntomas de España: telarañas en las cajas públicas y en las cajas de la Banca, ERES por los cuatro puntos cardinales, desahucios exprés, éxodos juveniles en busca de tierras prometidas, cierre de comercios, boom de comedores sociales, desesperados enjambres humanos de vendedores de oro y de joyas, cientos de miles de hogares que nunca llegan a fin de mes...
Rajoy: un clon de Passos Coelho
Portugal ha sido el espejo en el que se ha mirado España para automedicarse. El Estado oficialmente rescatado que le ha ido mostrando a La Moncloa el camino para evitar o alargar la maldición bíblica de la palabra "rescate".
Cada paso que ha dado Lisboa, por prescripción facultativa e imperativa de Europa, lo ha ido copiando Madrid uno a uno. Rebaja de los sueldos de los funcionarios, abaratamiento de despidos, congelación de pensiones, supresión de días festivos, recortes en Educación, copago farmacéutico, eliminación de pagas extraordinarias, incremento de impuestos, subida del IVA.
Se podría decir que Rajoy es un clon de Pasos Coelho que actúa con efectos retardados. Y el problema estos días, mientras los españoles jugamos a deshojar la margarita del Rescate, si, no, si, no, es que Lisboa ha tenido dos nuevas ocurrencias: incrementar en un 7% la aportación de los trabajadores a la Seguridad Social y estudiar la posibilidad de una nueva subida del IVA.
¡Ya pueden ustedes echarse a temblar, señores! Las ocurrencias de Lisboa, más tarde o más temprano, acaban siempre reflejándose en alguna conferencia de prensa posterior a un Consejo de Ministros de Madrid. Ya lo dijo Rajoy en su visita oficial al país luso: "Portugal es nuestro ejemplo"
Montoro le ha anticipado el "trabajo sucio" a la Troika
Con razón el Comisario Almunia declaraba ayer, con sospechosa cara de circunstancias, que si España solicita al fin el rescate tendría que someterse a muy pocas condiciones: meros reajustes de plazos y compromisos temporales. Los propios portugueses se lamentan de haber sido más "troskistas" que la Troika.
Y teniendo en cuenta que los españoles hemos sido voluntariamente tan troskistas como los lusos, los dichosos hombres de negro, con sus maletas hechas para venirse a España, van a tener aquí muy poco trabajo. Debe ser eso lo que lo que ha provocado en Don Joaquín una flagrante traición de su subconsciente socialista.
Está claro que Rajoy es reacio a solicitar el Rescate por el orgullo de no pasar a la historia como el Presidente que dejó a España a los pies de los caballos de la Troika. Pero, a este paso, con Montoro convertido en un implacable Torquemada haciéndole el "juego sucio" por anticipado a la Santa Inquisición de Bruselas, la vida después del rescate ya no puede ser mucho más arrastrada que la vida antes.
Ha comenzado la cuenta atrás
El rescate está decidido. Ha comenzado la cuenta atrás. Merkel ya se lo exigió en 2011 a Zapatero, y el chico de la ceja lo esquivó convocando elecciones anticipadas. Se ha quedado de Ecce Homo Rajoy, y espera la hora en el huerto de los Olivos, aislado de sus discípulos, tras haberle musitado a Ángela Merkel a su paso reciente por Madrid:
¡Hágase según tu voluntad!
La voluntad de Merkel es esperar a que aflojen los mercados con el efecto placebo oral de la declaración de intenciones de Draghi, y comprobar qué ocurre cuando se inyecten las primeras remesas del rescate en el sistema financiero español. Estaremos ya a mediados de otoño, tendremos nuevo lendakari y presidente de la Xunta investido y la única duda es si Rajoy comerá el turrón ya rescatado o todavía por rescatar.
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