El delincuente es un comercial del sector de la agricultura y
pedía a cada uno 150.000 euros, más de un millón entre todos
Redacción AlmeríaLa Guardia Civil ha detenido a un hombre
acusado de extorsionar a los siete socios de una empresa hortofrutícola de El
Ejido, a los que exigió el pago de grandes cantidades de dinero que sumaban más
de un millón de euros mediante amenazas que afectaban a su integridad física y
a la de sus familiares.
El presunto extorsionador, quien mantenía una relación comercial con la conocida mercantil del sector de la agricultura almeriense, estaba pasando por "serios apuros económicos". Para cometer el delito, contactó presuntamente con las víctimas mediante una carta manuscrita, al mismo tiempo que realizó varias llamadas telefónicas para llevar a cabo la extorsión. Durante las conversaciones usaba una voz distorsionada para que no le reconocieran, y un tono "tajante, firme y amenazante" que les generó "inquietud".
La denominada Operación Fusta, que se ha saldado con la detención del presunto extorsionador y comercial de productos agrícolas, identificado con las iniciales J.A.B.V., comenzó en el mes de noviembre después de que uno de los empresarios interpusiera una denuncia tras recibir una misiva en la que, bajo "serias amenazas directas", que también afectaban a sus allegados, le exigía el pago de 150.000 euros en billetes usados de 50 euros.
Tras la recepción de la carta, la víctima recibió una llamada de teléfono en la que una persona, a la que no pudo identificar por la voz, le planteaba demandas que coincidirían con el contenido de la misiva y le daba instrucciones para que informase a sus seis socios y para la recogida de las cantidades pedidas a cada uno de ellos.
Los datos recogidos durante la investigación apuntaron a que el instigador de las llamadas amenazantes y a la extorsión podría tratarse de J. A. B. V., que era conocido de una de las víctimas. Se trata de una persona con la que la sociedad mantenía actividad comercial y que estaba pasando por serios apuros económicos, según una de las víctimas. Así, se activó un operativo en el que la Guardia Civil empezó a controlar las llamadas que recibían los empresarios. Recibidas nuevas llamadas, bajo la supervisión de los agentes, éstos comprobaron la coincidencia de las recibidas por la víctima con los momentos en los que J. A. B. V. las realizaba, todo ellos como resultado del discreto dispositivo de vigilancia adoptado entorno a la persona investigada.
El presunto extorsionador, quien mantenía una relación comercial con la conocida mercantil del sector de la agricultura almeriense, estaba pasando por "serios apuros económicos". Para cometer el delito, contactó presuntamente con las víctimas mediante una carta manuscrita, al mismo tiempo que realizó varias llamadas telefónicas para llevar a cabo la extorsión. Durante las conversaciones usaba una voz distorsionada para que no le reconocieran, y un tono "tajante, firme y amenazante" que les generó "inquietud".
La denominada Operación Fusta, que se ha saldado con la detención del presunto extorsionador y comercial de productos agrícolas, identificado con las iniciales J.A.B.V., comenzó en el mes de noviembre después de que uno de los empresarios interpusiera una denuncia tras recibir una misiva en la que, bajo "serias amenazas directas", que también afectaban a sus allegados, le exigía el pago de 150.000 euros en billetes usados de 50 euros.
Tras la recepción de la carta, la víctima recibió una llamada de teléfono en la que una persona, a la que no pudo identificar por la voz, le planteaba demandas que coincidirían con el contenido de la misiva y le daba instrucciones para que informase a sus seis socios y para la recogida de las cantidades pedidas a cada uno de ellos.
Los datos recogidos durante la investigación apuntaron a que el instigador de las llamadas amenazantes y a la extorsión podría tratarse de J. A. B. V., que era conocido de una de las víctimas. Se trata de una persona con la que la sociedad mantenía actividad comercial y que estaba pasando por serios apuros económicos, según una de las víctimas. Así, se activó un operativo en el que la Guardia Civil empezó a controlar las llamadas que recibían los empresarios. Recibidas nuevas llamadas, bajo la supervisión de los agentes, éstos comprobaron la coincidencia de las recibidas por la víctima con los momentos en los que J. A. B. V. las realizaba, todo ellos como resultado del discreto dispositivo de vigilancia adoptado entorno a la persona investigada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario