El consumo de aceite de oliva se mantienen estable aunque ha
decrecido desde la década de los 60 Este descenso no se refleja en los patrones
de otros países europeos
LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-El Panel
de Consumo Alimentario, que viene elaborando el Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente, desde hace más de 20 años, supone una una
herramienta útil para conocer mejor el estado de la alimentación en España,
proporcionar, información fiable sobre los patrones dietéticos, hábitos
alimentarios y factores que influyen en la evolución de la alimentación y los
puntos fuertes y débiles de la misma.
La última edición del Informe Valoración Nutricional de la Dieta Española de
Acuerdo al Panel de Consumo Alimentario 2012 incluye información representativa
del consumo de alimentos y bebidas por parte de la población española, tanto a
nivel de hogar como extrahogar. Según los datos de este informe el consumo de
aceite de oliva, uno de los pilares de la dieta mediterránea, se ha mantenido
estable en los últimos años, aunque en términos generales ha decrecido respecto
a la década de los sesenta.
El grupo de aceites y grasas incluye alimentos de origen animal y vegetal que
casi en su totalidad están compuestos por lípidos. Aunque en todos ellos la
composición sea básicamente lípidos, la calidad de éstos será muy distinta
dependiendo del producto; así, podrán ser más ricos en ácidos grasos
monoinsaturados o poliinsaturados o saturados o incluso ácidos grasos tipo
"trans". Todos los alimentos pertenecientes a este grupo (aceites,
mantequilla, margarina) poseen un elevado valor calórico.
El consumo de este grupo de alimentos se ha mantenido casi constante entre los
años 2000 y 2008 . Al estudiar la distribución del consumo, se comprueba que el
71,2 % del grupo de aceites y grasas es consumido en los hogares. A lo largo de
estos años, 2000-2008, el consumo de aceite de oliva en el hogar se ha
mantenido relativamente constante; por tanto, la leve disminución observada en
la compra de aceite de oliva en el global de la muestra se debe a la menor
compra de este alimento en hostelería e instituciones.
Si se compara este consumo, con el realizado en los años 60, sí se ve un
marcado descenso, ya que en 1964 se consumían 68 gramos por persona y día
(según una estudio realizado en 1991). Este descenso no se muestra en otros
países europeos, donde los mayores consumos se realizan en Grecia e Italia, ya
que, el suministro medio de aceite de oliva apenas cambió entre los años 1961 y
2003 (Elmadfa y col 2009). Además, países no productores vienen incrementando
sus consumos, por sus propiedades y ventajas en la preparación de los alimentos
y la percepción de alimento saludable.
El consumo de frutas ha experimentado un ligero incremento desde el año 2000
(278 gramos por persona y día) al 2008 (305 gramos por persona y día),
probablemente, al igual que en el caso de las verduras y hortalizas, por la
información y difusión que relaciona este grupo de alimentos con una
alimentación saludable y su mayor presencia en los hogares.
Durante el Congreso Mundial en la Prevención de la Diabetes, celebrado
recientemente, la doctora Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición
Clínica y Dietética del Hospital La Paz, de Madrid, adviertió que la crisis
"amenaza la supervivencia de la dieta mediterránea y en unos años es
posible que veamos las consecuencias en un incremento de la diabetes tipo
2".
La razón es que "comer insano sale más barato", subraya, y "un
postre hipercalórico y rico en grasas saturadas cuesta menos que una
fruta". Por ello, plantea la necesidad de educar en hábitos de
alimentación saludables desde el colegio e invertir en la promoción de frutas y
verduras.
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