LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-.- Tras una intensa y dura negociación,
los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea han acordado, por primera
vez en la historia de la Unión, aprobar una reducción del presupuesto
comunitario, que tendrá un techo de gasto de 960.000 millones de euros para los
próximos siete años. España, en líneas generales, sale bien parada ya que
consigue mantenerse en el grupo de países “receptores netos de fondos” y
obtendrá un tercio del nuevo fondo de 6.000 millones que se pondrá en marcha
para atajar el desempleo juvenil en la UE.
Si
bien es cierto que en esta última fase de la negociación el presidente del
Consejo Van Rompuy no ha propuesto nuevos recortes al presupuesto de la PAC,
hay que recordar que en propuestas anteriores,
incluso en la Propuesta inicial de la Comisión, ya se contemplaban
reducciones superiores al 10% y esas son las propuestas de las que se partía
hoy y que definitivamente han sido aprobadas.
La
PAC era ya entonces el capitulo más castigado, por lo que la nueva propuesta acordada simplemente
consolida este recorte. El presupuesto de la PAC, se verá reducido un 13,1 por
ciento respecto al periodo actual, es decir en 33.601 millones de euros menos.
Esta cantidad es más del doble de lo que se reduce la partida bautizada como
“conectando Europa” (transporte, energía y telecomunicaciones) y que algunas
fuentes apuntan como la más perjudicada, con una reducción de 11.000 millones.
Con
esta reducción de más del 13 por ciento en el presupuesto, las nuevas medidas
incluidas en la PAC como el reverdecimiento o greening no tienen ningún sentido
ya que lo único que van a conseguir es comprometer aún más la rentabilidad de
las explotaciones agrarias europeas y españolas.
Aun
es pronto para dar una cifra exacta de las repercusiones que podría tener para
España, ya que esto dependerá de muchos factores. Dependerá, en parte, de aspectos
relacionados con la negociación presupuestaria que se ha celebrado esta
semana, y que están aún pendientes de dilucidar, ya sea en negociaciones
tripartitas Consejo, Parlamento y Comisión y que se deberán plasmar en un acuerdo
sobre la Reforma de la PAC y en sus posteriores reglamentos de aplicación. Pero
dependerá también, a nivel interno de España, ya que las propuestas hasta ahora
barajadas dejan un margen de maniobra a los EE.MM. inedito hasta ahora, ya sea
en materia de definición de beneficiarios, en superficies elegibles a los pagos
directos, en el modelo de aproximación interna entre los distintos pagos
regionalizados o en la propia transferencia de fondos entre pilares.
Consideramos
que es vital que el Gobierno y el Ministerio de Agricultura hagan valer, en
ambos casos, el carácter estratégico del
sector agrario español, que sigue siendo el que mejor comportamiento está
teniendo en estos momentos de graves dificultades económicas como las que
atravesamos.
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