miércoles, 6 de febrero de 2013

La imputación de la infanta Cristina aconsejaría su exclusión en la sucesión al trono


El 16 de febrero es una fecha clave en el desarrollo del 'caso Urdangarín', porque ese día comparece ante el juez Castro el principal afectado, Diego Torres. Y de su testimonio dependerá que el magistrado decida finalmente imputar a la infanta Cristina. Si se produjera, la realidad de ver imputada a una persona de la Familia Real, con el consiguiente proceso de citación y declaración en el juzgado y, en su caso, comparecencia en el banquillo de los acusados, aconsejaría que quedara fuera de la línea de sucesión al trono.
LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-Es la opinión que manifiestan expertos consultados por Monarquía Confidencial, que destacan la situación anómala y escandalosa que supondría tener a una infanta de España imputada, con las negativas consecuencias que eso provocaría para la imagen y el futuro de la institución.
Una de las políticas del equipo de La Zarzuela, en relación con el escándalo Urdangarín, ha consistido en colocar ‘cortafuegos’, barreras defensivas, para intentar dejar fuera a la Familia Real. La imputación de Carlos García Revenga, pero sobre todo la eventualidad de que ocurra con la infanta Cristina, muestra que el objetivo está lejos de conseguirse.
Una renuncia voluntaria
Si hubiera imputación, una de las posibilidades es que la infanta Cristina, que es séptima en el orden de sucesión de la corona (detrás del príncipe de Asturias y sus dos hijas, y de la infanta Elena y sus dos hijos), decida voluntariamente renunciar a los derechos dinásticos. En cualquier caso, lo sería para sí misma, pero no para sus hijos.
A poco de estallar el escándalo Urdangarín, algunos medios ya hablaron de una posible renuncia de su esposa. Sin embargo, en aquel momento fuentes próximas a La Zarzuela consultadas por Monarquía Confidencial expresaron la opinión contraria, con estas palabras: “Pensar que la infanta Cristina va a renunciar a sus derechos dinásticos es no conocerla bien. Ella no lo hará por nada del mundo”.
Sin embargo, la situación ha cambiado notablemente desde aquellos inicios, y en este momento su marido se encuentra procesado (tiene que pagar de aquí al jueves solidariamente los 8,1 millones de euros fijados por el juez para él y Diego Torres), y ella misma se halla a las puertas de la imputación.
Una decisión del rey
Una renuncia voluntaria podría producirse a petición de su padre, el rey, con el argumento de no perjudicar más a la corona.
En ese sentido, el encuentro de urgencia que se celebró la semana pasada, el mismo día que se anunció la imputación de Carlos García Revenga, cuando la infanta viajó desde Barcelona a Madrid y asistió a una larga reunión en La Zarzuela, puede haber sido un paso inicial.
En el caso de que la infanta Cristina no aceptará apartarse voluntariamente de la línea sucesoria, don Juan Carlos, como jefe de la Casa Real, podría decidir quitarle sus derechos, atendiendo a la gravedad de la situación.
No obstante, un problema añadido es la falta de una Ley de la Corona, que provoca que no esté regulado un procedimiento ni para la renuncia voluntaria ni para la exclusión. Algunos expertos jurídicos hablan de dictar una ley orgánica al efecto, muy corta, con uno o dos artículos, que se llevaría a votación por el Congreso de los Diputados mediante un trámite de urgencia.

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