lunes, 8 de abril de 2013

Un bipartito tocado y hundido



Luis Rogelio Rodríguez Comendador, Alcalde de Almería


Resulta inadmisible que Andalucía, una comunidad con más de un millón de parados, esté inmersa en continuos escándalos de fraude en materia de empleo protagonizados por altos cargos políticos de la Junta de Andalucía y responsables de los sindicatos mayoritarios. Cuando se cumple un año del gobierno bipartito PSOE-IU al frente de nuestra Comunidad, los andaluces demandamos del presidente Griñán y su socio Valderas la inmediata asunción de responsabilidades y el final de un estilo de gestión instalado en la corrupción institucional y el clientelismo. Las investigaciones judiciales van empezando a determinar la participación de altos cargos de la Junta en el saqueo organizado de más de mil millones de euros del fondo destinado a ayudar a los parados andaluces. Cuando una comunidad que arrastra las mayores cifras de desempleo de Europa tiene un gobierno autónomo que se dedica a diseñar una red de robo de esos fondos para favorecer a compañeros de partido, familiares y amigos, la sociedad civil tiene el derecho y también el deber de denunciar esos actos y exigir de los responsables políticos implicados la dimisión fulminante. Es absolutamente intolerable que el dinero público destinado para ayudar a los parados haya acabado en manos de cargos socialistas y su red clientelar a través de comisiones y falsas subvenciones. La jueza que lleva el caso y la Guardia Civil han demostrado que se ha hecho un uso fraudulento del dinero de los parados andaluces. Por lo tanto, no vale que ahora el señor Griñán se dedique a comparecer en el Parlamento para, en un considerable alarde de cinismo, intentar colgarse medallas por el comportamiento de la Junta. Los que desfalcan no pueden ejemplificar la decencia, ni la rectitud, ni nada bueno. Y lo cierto es que ya hemos visto a sindicalistas con colchones llenos de dinero negro y a medio centenar de imputados vinculados al PSOE, algunos de ellos ya en prisión. Me pregunto qué más tiene que pasar en Andalucía, qué nuevo giro puede cobrar este escándalo para que el señor Griñán y su socio Valderas admitan finalmente el alcance de su acción o de su inacción en esta trama de bandidaje institucional. Un régimen delictivo que, de ningún modo, podemos tolerar los andaluces por más tiempo porque, al igual que dijera hace algún tiempo un político socialista, si nadie se merece un gobierno que mienta, mucho menos nos merecemos los andaluces un gobierno que robe.

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