miércoles, 29 de mayo de 2013

Dos sicarios rumanos torturaron durante horas y decapitaron a la pareja holandesa




Se sospecha que la jugadora de voleibol y su novio hayan sido víctimas de un crimen por encargo debido a una deuda

LAEDICION.NET.-Los cadáveres de la exjugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y su pareja sentimental, Lodewijk Severein, fueron hallados el domingo por la noche en un limonar de Alquerías (Murcia), enterrados en una tumba profunda y con diversos miembros seccionados, según confirmaron a ABC fuentes de la investigación. Lo primero que encontraron fue un tronco humano. La Policía buscaba a la pareja, llegada al aeropuerto de El Altet el 13 de mayo, desde el día 17, cuando se interpuso la denuncia por su desaparición. Unas horas antes del macabro hallazgo, los agentes habían detenido a un español de 36 años en Valencia, dueño de la finca y a quien se considera directamente relacionado con la desaparición, que fue además quien condujo a los agentes hasta la fosa. Ayer, fueron arrestados también en Valencia, con unas horas de diferencia, los dos presuntos autores materiales de los asesinatos: dos rumanos de 47 y 60 años. Las víctimas fueron torturadas (Severein había perdido los dientes) quizá durante dos días, o ese es al menos el tiempo que pasaron con sus captores, que cortaron sus cuerpos, al parecer, con una sierra radial. Las cabezas estaban separadas. Esta violencia extrema, las molestias que se tomaron para ocultar los cadáveres (el acceso a la finca es muy complicado) y las circunstancias que rodean a la desaparición hacen creer a los investigadores que el móvil pueda ser una importante deuda contraída por Visser, por su pareja o por ambos. Asimismo, se considera que los rumanos sean sicarios contratados para cometer el crimen.

«Desavenencias»

Oficialmente, el delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bascuñana, y el jefe superior de Policía, Cirilo Durán, explicaron ayer en rueda de prensa que el móvil fue «desavenencias en negocios», sin querer ir más allá. Todo apunta a que esas desavenencias las tenían con el español detenido, con quien podrían compartir algún negocio aún no aclarado, aunque no consta que estuvieran relacionados con el tráfico de drogas, según apuntaron Bascuñana y Durán. Un abogado de Murcia recibió un correo de Ingrid Visser días antes de su llegada a la ciudad para pedirle una cita. Ese correo, que puede encerrar parte de la clave, está en poder de los investigadores.
Se cree que el español arrestado, y que incurrió en numerosas contradicciones durante su declaración, trasladó los cuerpos desde una casa de Molina de Segura hasta la finca de Alquerías, seguramente con ayuda de los rumanos, dado que fue necesaria la participación de varias personas para cavar una tumba como la encontrada, según informa «La Voz de Murcia».
La pareja llegó el día 13 y se alojó en el hotel Churra de Murcia, donde fue vista por última vez esa misma tarde, después de alquilar un Fiat Panda. En teoría volaron hasta la ciudad para someterse a un tratamiento de inseminación artificial en una clínica donde ya los conocían y tenían previsto permanecer en la región dos días. Según la Policía, fue la directora de esta clínica la que presentó la denuncia tras ponerse en contacto con los familiares de la pareja. El coche alquilado apareció el día 22 estacionado en una calle céntrica de la ciudad, pero sin rastro de los holandeses.

Limpiaron la casa a fondo

El pasado viernes la Policía, tras numerosas gestiones, dio con una casa rural aislada que había sido alquilada en la pedanía El Fenazar de Molina de Segura. Pese a la aparente limpieza de la vivienda, los agentes hallaron restos biológicos y signos de que se había producido una muerte violenta. Los dos rumanos y el español habían estado en ella. A partir de ahí se produjo la detención de este último, y, tras la aparición de los cadáveres, las otras dos. Se sospecha que la casa fue alquilada solo para cometer los asesinatos.
La Jefatura de Policía de Murcia, que ha contado con la colaboración de la Sección de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial, da por cerradas las detenciones en cuanto a la autoría material del doble asesinato, si bien quedan numerosos puntos por aclarar y no se descarta que haya más implicados.
Durante las pesquisas, ha salido a relucir una mujer, que era la encargada de gestionar los alojamientos a las jugadoras de voleibol en Murcia cuando Ingrid jugó en ese club. Un club que fue creado por el empresario Evedasto Lifante quien, con presupuestos de hasta tres millones anuales, trajo al equipo a jugadoras internacionales como Visser.

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