viernes, 28 de junio de 2013

Hortamar, pionera en el cultivo de maíz dulce en invernadero




LAEDICION.NET.--La cooperativa comercializa este producto en el mercado internacional, sobre todo, en países como Alemania y Holanda El cultivo rompe la rutina del invernadero y le beneficia A principios de este mes, socios de Hortamar recolectaban en sus invernaderos maíz dulce. La cooperativa cuenta con entre ocho y diez hectáreas de este cultivo de ciclo corto, que se siembra en abril. Tal y como explica Paqui Navarro, técnico en Hortamar, el maíz se cultiva de dos maneras; por un lado a orillas de los cultivos de primavera, cuyas tres primeras líneas no suelen producirse satisfactoriamente, por lo que se aprovecha esta zona del invernadero a la vez que 'espanta' a plagas como la mosca blanca, y por otro lado, a través de plantaciones enteras. Según Navarro, el maíz dulce tiene un coste muy bajo de producción, su rendimiento es de1,2 kilos en limpio por metro cuadrado, es decir unos 10.000 kilos por hectárea, y supone un cultivo alternativo a la tierra baldía, asimismo no tiene nada que ver con los cultivos tradicionales, "con lo que se rompe con la tipología del invernadero y éste se limpia". Además, tal y como apunta Navarro se trata de un producto que apenas requiere tratamiento, si bien es muy exigente en agua y calcio en el proceso en que se cría la panocha. El gasto mayor deriva de la manipulación.

Hortamar, con sede en Roquetas de Mar y pionera en la producción de maíz con plantaciones enteras en invernadero, comercializa todo este producto en mercados internacionales, sobre todo, en países como Alemania y Holanda.

Con el cultivo de maíz dulce nada se desaprovecha. En este sentido, las cañas del maíz se utilizan para la alimentación de animales tales como los caballos, algo que hace, por ejemplo, Paco Villegas, socio de Hortamar, que ha cultivado este año por primera vez este producto y quien comenta que ya había acordado la cesión de las cañas para tal fin. Villegas ha sembrado en esta campaña un invernadero de 7.600 metros cuadrados y no duda en repetir si la compensación económica es óptima ya que en cuanto a trabajo reconoce que tiene menos que otros cultivos. Como dice Navarro en relación a la valentía de los productores almerienses a a la hora de emprender con nuevos cultivos o a la de enfrentarse a nuevos retos: "En Almería, el miedo no se sabe lo que es".

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