LAEDICION.NET.-.- El PSOE desde el
Gobierno central le recortó un 30% de presupuesto al CSIC entre 2009 y 2011,
que a su vez ha rebajado la aportación que hace junto a la Fundación Max Plank
al Observatorio
La parlamentaria de Izquierda Unida por Almería Rosalía Martín,
sacó adelante una Proposición No de Ley (PNL) en la que solicitaba que en su
segundo punto “iniciar los procesos y elaboraciones necesarias para explorar la
vertiente turística del observatorio en aras a incluirlo en las acciones,
programas y planes turísticos de la Junta de Andalucía.”
La iniciativa contó con el apoyo del socialista Manuel Recio, quien en ningún momento aludió a ese aspecto, limitándose una vez más a insistir en la falta de apoyo del Gobierno central a la comunidad científica. Sí dijo que el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) “necesita un rescate de 100 millones de euros”, y que “no sólo hay que rescatar a la banca”; lo que ocultó el parlamentario es que entre 2009 y 2011 el Gobierno de Rodríguez Zapatero recortó el 30% del presupuesto de este organismo, que desde entonces ha vivido de “remanentes” según indicaba también el miércoles en el Congreso la secretaria de Estado de Montserrat Gomendio, y tampoco dijo que ese mismo gobierno dio como mínimo 11.000 millones a los bancos por medio del FROB.
Por su parte, el portavoz del PP, José Jesús Gázquez, se mostró claramente molesto con el contenido de la iniciativa, ya que no entendía que si se refería a darle un uso turístico que complementara los ingresos del Observatorio, se volviera a debatir lo mismo de lo que ya se había hablado en ocasiones anteriores. Es más, Gázquez afirmó que si lo que quería IU era eso, lo tenía muy fácil pidiéndoselo al consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, que es de la misma organización.
De hecho la PNL de Martín era la siguiente:
“El Centro Astronómico Hispano Alemán (CAHA) es una empresa con el perfil de “agrupación de interés económico”, constituida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Economía del Gobierno central de España y por su equivalente alemán, la Sociedad Max Planck (Max Planck Gesellschaft, MPG), que es una entidad igualmente pública que depende del gobierno federal de la RFA.
El convenio actual que rige el CAHA durará hasta finales del 2013. Según este marco, el presupuesto anual del observatorio sería de algo menos de 5 millones de euros hasta finales del 2013. Solo el 37.5% aportado por el CSIC y el 62.5% aportado por la parte alemana, MPG. No obstante el uso y la capacidad de decisión se comparten al 50% porque se entiende que España aporta en especie otros conceptos (suelo, cielo, carreteras, etc.).
El convenio renovado para 2014-2018 contempla una reducción del presupuesto y el paso a que cada socio aporte el 50% del total. La aportación española se mantendría esencialmente constante, pero la alemana se rebajaría hasta igualarla.
Con el convenio aún vigente en 2013, por cada euro que España invierte, Alemania pone automáticamente 1.7 euros. Como efecto perverso del recorte, por cada euro que el CSIC pretende ahorrarse no sustrae un euro a la economía andaluza, sino 2.7 euros, porque automáticamente la aportación alemana también se reduce. Se mantienen los porcentajes (37.5 y 62.5) pero no las cantidades. Calar Alto es un ejemplo de que recortar a veces no es ahorrar, sino perder.
Ahora el CSIC impone, con premura y sin consultar a la comunidad de usuarios, ni al territorio que lo acoge, Comunidad Autónoma de Andalucía, una reducción drástica del presupuesto. En esencia plantea dos opciones, o recortar el 100% (cierre de la instalación) o recortar el 75% y dejarla reducida a la irrelevancia, y es simplemente inviable mantener el observatorio con solo un 25% de del presupuesto.
La experiencia demuestra que parte de las dificultades que experimenta ahora Calar Alto proceden del perfil de explotación del recurso natural (cielo andaluz) en un régimen perfectamente análogo al de una economía colonial. Ni Heidelberg, ni Madrid, en un contexto de crisis, consideran Calar Alto un recurso que merezca una defensa firme por su carácter excepcional. Sin embargo, es un recurso excepcional para Almería, Granada y Andalucía, pero las entidades políticas de estos ámbitos carecen de soberanía o de parte en la toma de decisiones
En este escenario, la búsqueda de alternativas ha de tender a una inserción más eficaz del observatorio en el tejido social, económico y cultural de su entorno, explorando áreas que hasta ahora han tenido poca o ninguna relación con la actividad cotidiana del observatorio y entre las que cabe mencionar de modo muy destacado: la actividad educativa y divulgativa, y el estímulo de la actividad económica a través del turismo, permitiendo aflorar nuevos yacimientos de empleo
Máxime, si tenemos en cuenta, que el sudeste ibérico cuenta con el mejor cielo de Europa, lo que unido a la actividad del observatorio permitiría convertir la zona en líder europeo en turismo científico de carácter astronómico, y por su emplazamiento en Europa posee unas ventajas comparativas que hacen extremadamente prometedora esta posibilidad, para cuyo impulso es imprescindible la participación de las instituciones políticas locales y autonómicas.”
Y de ahí establecía dos peticiones, siendo una “Instar al Gobierno de España a generar un espacio de participación y dialogo para involucrar a la Comunidad Autónoma de Andalucía y a las provincias y municipios afectos al observatorio para la posible reestructuración, participación y toma de decisiones futuras” y la otra “Iniciar los procesos y elaboraciones necesarias para explorar la vertiente turística del observatorio en aras a incluirlo en las acciones, programas y planes turísticos de la Junta de Andalucía.”
Como hemos indicado, de turismo relacionado con Calar Alto no se habló nada de nada.
La iniciativa contó con el apoyo del socialista Manuel Recio, quien en ningún momento aludió a ese aspecto, limitándose una vez más a insistir en la falta de apoyo del Gobierno central a la comunidad científica. Sí dijo que el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) “necesita un rescate de 100 millones de euros”, y que “no sólo hay que rescatar a la banca”; lo que ocultó el parlamentario es que entre 2009 y 2011 el Gobierno de Rodríguez Zapatero recortó el 30% del presupuesto de este organismo, que desde entonces ha vivido de “remanentes” según indicaba también el miércoles en el Congreso la secretaria de Estado de Montserrat Gomendio, y tampoco dijo que ese mismo gobierno dio como mínimo 11.000 millones a los bancos por medio del FROB.
Por su parte, el portavoz del PP, José Jesús Gázquez, se mostró claramente molesto con el contenido de la iniciativa, ya que no entendía que si se refería a darle un uso turístico que complementara los ingresos del Observatorio, se volviera a debatir lo mismo de lo que ya se había hablado en ocasiones anteriores. Es más, Gázquez afirmó que si lo que quería IU era eso, lo tenía muy fácil pidiéndoselo al consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, que es de la misma organización.
De hecho la PNL de Martín era la siguiente:
“El Centro Astronómico Hispano Alemán (CAHA) es una empresa con el perfil de “agrupación de interés económico”, constituida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Economía del Gobierno central de España y por su equivalente alemán, la Sociedad Max Planck (Max Planck Gesellschaft, MPG), que es una entidad igualmente pública que depende del gobierno federal de la RFA.
El convenio actual que rige el CAHA durará hasta finales del 2013. Según este marco, el presupuesto anual del observatorio sería de algo menos de 5 millones de euros hasta finales del 2013. Solo el 37.5% aportado por el CSIC y el 62.5% aportado por la parte alemana, MPG. No obstante el uso y la capacidad de decisión se comparten al 50% porque se entiende que España aporta en especie otros conceptos (suelo, cielo, carreteras, etc.).
El convenio renovado para 2014-2018 contempla una reducción del presupuesto y el paso a que cada socio aporte el 50% del total. La aportación española se mantendría esencialmente constante, pero la alemana se rebajaría hasta igualarla.
Con el convenio aún vigente en 2013, por cada euro que España invierte, Alemania pone automáticamente 1.7 euros. Como efecto perverso del recorte, por cada euro que el CSIC pretende ahorrarse no sustrae un euro a la economía andaluza, sino 2.7 euros, porque automáticamente la aportación alemana también se reduce. Se mantienen los porcentajes (37.5 y 62.5) pero no las cantidades. Calar Alto es un ejemplo de que recortar a veces no es ahorrar, sino perder.
Ahora el CSIC impone, con premura y sin consultar a la comunidad de usuarios, ni al territorio que lo acoge, Comunidad Autónoma de Andalucía, una reducción drástica del presupuesto. En esencia plantea dos opciones, o recortar el 100% (cierre de la instalación) o recortar el 75% y dejarla reducida a la irrelevancia, y es simplemente inviable mantener el observatorio con solo un 25% de del presupuesto.
La experiencia demuestra que parte de las dificultades que experimenta ahora Calar Alto proceden del perfil de explotación del recurso natural (cielo andaluz) en un régimen perfectamente análogo al de una economía colonial. Ni Heidelberg, ni Madrid, en un contexto de crisis, consideran Calar Alto un recurso que merezca una defensa firme por su carácter excepcional. Sin embargo, es un recurso excepcional para Almería, Granada y Andalucía, pero las entidades políticas de estos ámbitos carecen de soberanía o de parte en la toma de decisiones
En este escenario, la búsqueda de alternativas ha de tender a una inserción más eficaz del observatorio en el tejido social, económico y cultural de su entorno, explorando áreas que hasta ahora han tenido poca o ninguna relación con la actividad cotidiana del observatorio y entre las que cabe mencionar de modo muy destacado: la actividad educativa y divulgativa, y el estímulo de la actividad económica a través del turismo, permitiendo aflorar nuevos yacimientos de empleo
Máxime, si tenemos en cuenta, que el sudeste ibérico cuenta con el mejor cielo de Europa, lo que unido a la actividad del observatorio permitiría convertir la zona en líder europeo en turismo científico de carácter astronómico, y por su emplazamiento en Europa posee unas ventajas comparativas que hacen extremadamente prometedora esta posibilidad, para cuyo impulso es imprescindible la participación de las instituciones políticas locales y autonómicas.”
Y de ahí establecía dos peticiones, siendo una “Instar al Gobierno de España a generar un espacio de participación y dialogo para involucrar a la Comunidad Autónoma de Andalucía y a las provincias y municipios afectos al observatorio para la posible reestructuración, participación y toma de decisiones futuras” y la otra “Iniciar los procesos y elaboraciones necesarias para explorar la vertiente turística del observatorio en aras a incluirlo en las acciones, programas y planes turísticos de la Junta de Andalucía.”
Como hemos indicado, de turismo relacionado con Calar Alto no se habló nada de nada.
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