LAEDICION.NET.-año y medio de exilio mediático por voluntad
propia el socialista ha reducido a cenizas su última promesa. Quiere
protagonismo, igual que lo tienen González y Aznar. 
Afirmó a finales de mayo José Luis Rodríguez Zapatero ante Luis del Olmo que cada expresidente del
Gobierno debe escoger su papel, y que él siempre ha optado por
"mantener el máximo silencio" para "ayudar" al país.
Sin embargo, en las últimas semanas esa discreción que el socialista prometió cuando salió de La Moncloa y de la que ha querido hacer gala desde entonces ha quedado reducida a cenizas, para sorpresa de sus propios compañeros socialistas. Después de año y medio en penumbra, Zapatero quiere focos, igual que los tienen Felipe González y José María Aznar.
En sólo un mes, el expresidente va a sumar cinco apariciones públicas y una entrevista radiofónica. Todo un récord para quien presume de no prodigarse "demasiado", como lo hizo este mismo martes durante su última irrupción en escena, invitado a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Está de vuelta, la duda es si para quedarse.
Su tournée después de tanto tiempo de exilio mediático autoimpuesto comenzó el 24 de mayo en RNE, donde fue entrevistado por Del Olmo en la vuelta del periodista a la radio. Y terminará, al menos de momento, curiosamente el 24 de junio en el Club Siglo XXI. Él será el encargado de clausurar el curso político del foro de debate que preside Eduardo Zaplana y que la semana pasada contó con la presencia -con lleno de público- de José María Aznar.
Entre medias, Zapatero ha presentado -el 10 de junio- un libro del exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos que sirvió para reunir a varios de los miembros de sus gobiernos, como María Teresa Fernández de la Vega, Carme Chacón y Cristina Narbona. También ha impartido una conferencia -el 4 de junio- en el Congreso de Seguridad Jurídica y Democracia de Iberoamérica celebrado en Gerona; ha estado en la Casa de León de Madrid junto a empresarios y otros representantes de su tierra en la capital; y ha participado en un coloquio en la Menéndez Pelayo.
Esto último este mismo martes por la tarde. En tierras santanderinas Zapatero echó un cable a Alfredo Pérez Rubalcaba al recordar que él es el secretario general del PSOE y que por tanto "él es el que tiene la iniciativa" para convocar las primarias del partido cuando lo crea más oportuno. "Conociéndole hablará cuando tenga que hablar, que nadie espere que vaya a hablar antes", advirtió. Además recordó que la tarea de su sucesor "no es fácil" y pidió a sus compañeros -no es la primera vez que lo hace- que apoyen a la Dirección del partido porque eso "se agradece muchísimo".
Al margen de los asuntos domésticos del PSOE, el expresidente dejó algún que otro titular. Como cuando sacó pecho por haber evitado pedir un rescate durante su mandato. O por no haber tocado las becas, las pensiones mínimas, las prestaciones por desempleo, la sanidad ni "prácticamente" las ayudas a la dependencia en su famoso tijeretazo de mayo de 2010.
Asimismo el socialista reconoció que el paro fue para él "el mayor shock" y en lo que aún hoy tiene "las mayores incertidumbres" de cómo afrontarlo. Y echó un capote a Mariano Rajoy por las críticas que ha recibido por su optimismo de las últimas semanas. "Yo le entiendo", afirmó él al que tanto se le reprochó su optimismo crónico en el pasado.
Sin embargo, en las últimas semanas esa discreción que el socialista prometió cuando salió de La Moncloa y de la que ha querido hacer gala desde entonces ha quedado reducida a cenizas, para sorpresa de sus propios compañeros socialistas. Después de año y medio en penumbra, Zapatero quiere focos, igual que los tienen Felipe González y José María Aznar.
En sólo un mes, el expresidente va a sumar cinco apariciones públicas y una entrevista radiofónica. Todo un récord para quien presume de no prodigarse "demasiado", como lo hizo este mismo martes durante su última irrupción en escena, invitado a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Está de vuelta, la duda es si para quedarse.
Su tournée después de tanto tiempo de exilio mediático autoimpuesto comenzó el 24 de mayo en RNE, donde fue entrevistado por Del Olmo en la vuelta del periodista a la radio. Y terminará, al menos de momento, curiosamente el 24 de junio en el Club Siglo XXI. Él será el encargado de clausurar el curso político del foro de debate que preside Eduardo Zaplana y que la semana pasada contó con la presencia -con lleno de público- de José María Aznar.
Entre medias, Zapatero ha presentado -el 10 de junio- un libro del exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos que sirvió para reunir a varios de los miembros de sus gobiernos, como María Teresa Fernández de la Vega, Carme Chacón y Cristina Narbona. También ha impartido una conferencia -el 4 de junio- en el Congreso de Seguridad Jurídica y Democracia de Iberoamérica celebrado en Gerona; ha estado en la Casa de León de Madrid junto a empresarios y otros representantes de su tierra en la capital; y ha participado en un coloquio en la Menéndez Pelayo.
Esto último este mismo martes por la tarde. En tierras santanderinas Zapatero echó un cable a Alfredo Pérez Rubalcaba al recordar que él es el secretario general del PSOE y que por tanto "él es el que tiene la iniciativa" para convocar las primarias del partido cuando lo crea más oportuno. "Conociéndole hablará cuando tenga que hablar, que nadie espere que vaya a hablar antes", advirtió. Además recordó que la tarea de su sucesor "no es fácil" y pidió a sus compañeros -no es la primera vez que lo hace- que apoyen a la Dirección del partido porque eso "se agradece muchísimo".
Al margen de los asuntos domésticos del PSOE, el expresidente dejó algún que otro titular. Como cuando sacó pecho por haber evitado pedir un rescate durante su mandato. O por no haber tocado las becas, las pensiones mínimas, las prestaciones por desempleo, la sanidad ni "prácticamente" las ayudas a la dependencia en su famoso tijeretazo de mayo de 2010.
Asimismo el socialista reconoció que el paro fue para él "el mayor shock" y en lo que aún hoy tiene "las mayores incertidumbres" de cómo afrontarlo. Y echó un capote a Mariano Rajoy por las críticas que ha recibido por su optimismo de las últimas semanas. "Yo le entiendo", afirmó él al que tanto se le reprochó su optimismo crónico en el pasado.
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