El rojo de los pascueros llega a las casas de 3.500 almerienses

El área de Medio Ambiente los repartió gratuitamente en Puerta Purchena
Un pascuero alegra la Navidad, aunque estemos en crisis. Por eso, la Puerta Purchena se convirtió ayer en un hervidero de vecinos de la capital que quisieron llevarse a sus casas uno de los 3.500 pascueros que repartía el área de Medio Ambiente.

Con un cambio de ubicación respecto al año anterior por la falta de espacio y las aglomeraciones que se produjeron en la plaza del Educador, las colas comenzaban ya cuando los operarios de Eulen estaban poniendo las barras de separación entre los vecinos y los camiones que contenían la planta más demandada de las fechas navideñas.

Casi una victoria, esa era la sensación de Wilma Gomes tras cerca de 20 minutos de cola al conseguir el que sería el regalo para su suegra. Cada Nochebuena la pasa en la casa familiar de su pareja y explica que una planta siempre es buen regalo. No obstante, también recordó que, como ella, hay mucha gente en paro, por lo que le pidió al Ayuntamiento que también regalaran cestas con alimentos para quienes lo necesiten.

El área de Medio Ambiente ha conseguido, en tan sólo una mañana, llenar de color las casas de 3.500 almerienses, aunque fueron muchos los que se llevaron más de una planta pese a que los operarios que las repartían estaban atentos para que el reparto fuera lo más igualitario posible.

Las rotondas y jardines de la capital cuentan en esta navidad con 30.000 pascueros, aunque los técnicos encargados de realizar el reparto reconocieron que más de 1.000 habían sido robados dentro de las actuaciones vandálicas de las que habían sido objeto en las últimas semanas las zonas verdes de la ciudad, y que han sido ampliamente denunciadas por los responsables municipales.

Para evitarlo, o reducir el efecto de los vándalos en las zonas verdes de la ciudad, desde el Ayuntamiento de Almería se anunció desde comienzos de diciembre la intención de repartir los pascueros que sobrasen de la plantación ornamental de temporada de forma gratuita entre los almerienses que lo quisiera. Así, fueron mayores y jóvenes, lo que sirvió de reflejo de que la tradición traspasa las generaciones, e incluso, los horarios laborales, porque en Puerta Purchena hicieron cola muchas personas vestidas con el uniforme del trabajo, que no dudaron en dejar por un día el café de por la mañana para llevarse un pascuero a sus casas o con miras
a regalarlo.