Con la Ley sobre el aborto libre del Gobierno Zapatero se ha pretendido que el aborto aparezca ante los ojos de la sociedad española como un ejercicio de libertad y autonomía personal “para reducir el número de abortos” se han hartado de decir. Lo que demuestra la falacia y la demagogia de quienes apelando a los buenos sentimientos, intentaron convencernos de la necesidad de una nueva regulación legal del aborto. El Congreso de los Diputados ha sancionado la nueva legislación, pero nada termina con ello. Con la aprobación de la ley será el momento de apuntalar socialmente, de manera sistemática y sin descanso, todas las iniciativas que ya se están llevando a cabo en favor del derecho a la vida de los no nacidos, de las madres gestantes en situación de riesgo y de las familias para las que la llegada de una nueva vida se convierte en un problema. Combatir la ley desde la sociedad es un ejercicio de libertad que pasa por el cumplimiento del deber social de amparar y proteger la vida de los más débiles. Porque éste será, sin lugar a dudas, el único modo de neutralizar los efectos de la cultura abortista que el Gobierno Zapatero impone desde el poder.
Jesús Domingo Martínez
lunes, 28 de diciembre de 2009
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