LAEDICION.NET.- REDACCIÓN Definitivamente, el rey de Marruecos opta por un giro en su política exterior abandonando la vía española de Hassan II y abriendo una relación única y privilegiada con la Francia de Sarkozy.
El final del caso Haidar ya no admite dudas para los observadores diplomáticos en Rabat que destacaron, como subrayó Elte Digital, la importancia de los comunicados del desenlace de la crisis y las dos llamadas que realizó desde París Nicolas Sarkozy para tratar este asunto únicamente con Mohamed VI.
En El Aaiún, Amanitu Haidar vive ahora el castigo de Mohamed VI con un círculo de hierro policial en torno a su casa que se ha convertido de hecho en un arresto domiciliario. Amanitu ya ha hecho llegar su protesta advirtiendo de la represión policial que existe en el Sáhara Occidental y que sólo esta aflorando ahora en toda su importancia. Mientras, en los campamentos de saharuis en Tinduf (Argelia), Amanitu Haidar se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechis humanos.
La situación creada por la huelga de hambre de Amanitu Haidar, y su retorno final a El Aaiún, "un territorio del Reino", como exigió Mohamed IV en lugar de que se le solicitase el perdón como solución final, ha dado paso ahora en Rabat a la prioridad de la relación entre Marruecos y la Unión Europea. Pero para abordar estas cuestiones, Mohamed VI ha ninguneado tanto a José Luis Rodríguez Zapatero, nuevo presidente rotatorio de la Unión Europoea a partir de enero, como a su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Antes de la presidencia belga, Mohamed VI ha querido conocer en profundidad los planes de la Unión, las expectativas que le esperan a Marruecos, y los enfoques que habrá sobre asuntos que, como el Sahara Occidental, el soberano marroquí quiere encauzar. Y sólo desea tratar estas importantes cuestiones no con el nuevo presidente de turno sino con el jefe de Estado francés.
Las lecturas que se hacen en Rabat de las vacaciones navideñas que este viernes comienzan en Marraquech Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, apuntan a un reforzamiento de lo que ya se denomina el eje Rabat-París pasando a ocupar España un papel secundario pese a ser la frontera directa de la Unión con Marruecos.
El gesto de Mohamed VI supone también un cambio de la relación estrecha que tuvo su padre Hassan II con Don Juan Carlos. Para el monarca marroquí, habría influído en este cambio el escaso protagonismo de Don Juan Carlos en el caso Haidar, y su nula capacidad de acción, que en su momento el presidente del Gobierno justificó en el debate que se produjo en el Congreso por no ser conveniente reclamando sólo para él y su Gobierno todo el protagonismo.
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