El alcalde espera que el soterramiento no entre en la dinámica de otros grandes retrasos infraestructurales

“No me gustaría que acabase como la A-92, que llegó una década tarde”

LAEDICION.NET.-El alcalde, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, espera que tanto el Gobierno como la Junta de Andalucía gestionen su parte del proyecto de soterramiento “con más ilusión y entusiasmo que las demostradas por ejemplo en la A-92, que llegó a Almería diez años después de lo anunciado y de tantas otras grandes obras gestionadas por los socialistas, que suelen llegar con una década de retraso sobre lo previsto inicialmente.” El alcalde ha salido así al paso a unas recientes manifestaciones del secretario provincial del PSOE, Diego Asensio, en las que éste acusaba al alcalde de no tener ilusión por el soterramiento. En este sentido, el alcalde se ha preguntado si el anuncio que, en esa misma rueda de prensa realizó el señor Asensio acerca del aumento del coste previsto para el soterramiento, es la única sorpresa que espera a los almerienses. “Desde luego, ya no hay manera de saber si este último anuncio de subida del precio del soterramiento es la última sorpresa que nos prepara el PSOE o si habrá alguna otra más. Por el bien de todos, espero que no haya más revelaciones de última hora de este tipo.”
Colaboración
Rodríguez Comendador ha insistido en que el papel del Ayuntamiento en todo este proceso no va a ser otro que el de la colaboración leal con el resto de administraciones, pero que esa lealtad institucional no está reñida con el seguimiento preciso de los trabajos y la exigencia del cumplimiento de los compromisos alcanzados. “El Ayuntamiento de Almería se esforzará en cumplir puntualmente con su parte de los acuerdos alcanzados, al tiempo que instará al cumplimiento de los plazos y las cuestiones que sean responsabilidad del resto de administraciones.”
Responsabilidad
Para el alcalde, la trascendencia social, económica y urbanística de la obra del Soterramiento es tan grande para Almería, que “sólo desde la irresponsabilidad podría plantearse un escenario de confrontación o bloqueo de esta obra. Por eso, entiendo que precisamente ese sentido de la responsabilidad nos obliga a mantener una extraordinaria atención al grado de cumplimiento de plazos, cronogramas y compromisos”