El pasado día 22 el Congreso ha aprobado por amplísima mayoría una Moción en la que se condena la persecución de las comunidades cristianas e insta al Gobierno de España a promover el pleno ejercicio de la libertad religiosa y a promover iniciativas internacionales para proporcionarles protección efectiva. Esto ante la violación sistemática del derecho a la libertad religiosa de estas minorías, las instituciones políticas del mundo libre no pueden guardar silencio.
La iniciativa, que salió del Partido Popular, ha conseguido esta vez un amplio consenso que marca un giro en nuestro debate político. La libertad religiosa no es solo una concesión graciosa ni una mera tolerancia, es un factor decisivo para la convivencia, para la justicia y la paz. Por eso hay que felicitarse del paso que ha dado el Parlamento español a la espera de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero sea capaz de liderar esta causa en Europa, y de manera muy especial, en sus relaciones aparentemente excelentes con un buen número de países islámicos.
Jaume Catalán Díaz
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