jueves, 30 de agosto de 2012

Fort Bravo, John Wayne por un día


LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Hace poco tiempo se repuso en televisión la película 800 Balas de Alex de la Iglesia, sin duda el mejor homenaje que ha podido hacer la industria cinematográfica a la desaparecida meca del cine en que se convirtió Almería en los años 1960 y 70. Ahora solamente quedan recuerdos de los momentos de oro que vivió el cine en estas tierras.
Uno de los mejores es Fort Bravo, el poblado en que precisamente se rodó 800 Balas con el malogrado Sancho Gracia como protagonista. Allí queda todavía, entre las paredes de los viejos decorados, la esencia de lo que el maravilloso salvaje oeste fue y el cine que lo revivió. Fort Bravo está abierto todo el año y es una oportunidad única para sentirse por unas horas como el auténtico Jhon Wayne. Los espectáculos reviven aquella gloriosa y difícil época de pistoleros, comisarios, bandoleros, caballos, carretas, tiros y más tiros.
“¿De quién es el caballo que hay fuera?”, pregunta el bandido al entrar en el saloon. “Es de éste de aquí. De Jorge”. Jorge es un espectador del público que acaba de verse envuelto en un tiroteo. No tiene caballo ni nada parecido, pero ha entrado súbitamente en el viejo oeste americano mientras estaba con su mujer y sus hijos pasando el día. Varias veces al día los especialistas, haciendo el papel de fugitivos, atracadores de bancos, cantineros, mexicanos o las chicas del saloon -bailando el can can- representan el espectáculo para que los turistas oigan los disparos, vibren con sus caídas desde los tejados -con más de un hueso roto- o vean al bandido humillado por el sheriff arrastrado por el pedregal mientras una cuerda atada a un caballo le empapa de tierra y sudor. Son escenas de película realizadas por especialistas, que se han visto en el cine mil veces y que los turistas saben apreciar. Pero hay un punto de mucho humor.
Los diálogos son verdaderamente desternillantes, porque el atraco al banco se puede retrasar esperando un bocata de chorizo de Mercadona, ya que Billy no acaba de llegar; o para hablar con el sheriff es mejor enviarle un mensaje con el móvil. O cuándo el bandido pregunta dónde está el oro la banda le contesta “el loro está en la jaula”, obligándole a chillar “¡¡el oro, idiota, he dicho el oro, no el loro!!”. Siempre con una botella en la mano los malos son malos de verdad, pero no se descarta que cuando el jefe dice “coged los caballos”, la banda intente levantar a pulso las bestias. “Que montéis, no que los levantéis con los brazos, imbéciles”. Son las cosas de Fort Bravo, toda una aventura en la que sumergirse para volver a los años 1800, disfrutar del alquiler de cabañas, disfrutar de la barbacoa del restaurante, bañarse en la piscina, pasear en carro gratis o realizar rutas a caballo entre otras actividades. Todo preparado para pasar un día maravilloso, donde sin duda son los niños los más beneficiados. Fue el mítico Sergio Leone quien descubrió estas tierras para el cine en los años sesenta.
Desde entonces se han rodado infinidad de películas en el desierto de Tabernas, como Lawrence de Arabia, El bueno, el feo y el malo o Los siete magníficos, y más recientemente Los Dalton y Lucky Luke o Blueberry. Continuamente el poblado es utilizado para el rodaje de anuncios o cortometrajes utilizando las calles del poblado mexicano, el saloon, la cárcel, el banco... Por allí han rodado los mejores actores del mundo, que han dejado su firma y fotografías en las paredes de los decorados. Peter O´Toole, Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach, Yul Brynner, Steve McQueen, Claudia Cardinale, Henry Fonda, Carmen Maura, Harrison Ford, Charles Bronson... la lista sería interminable. Todavía se recuerdan por ejemplo los chistes de Chiquito de la Calzada durante el rodaje de Condemor, toda una hilarante parodia del mundo del oeste.
Pero son los especialistas los que no dejan morir Fort Bravo, un escenario que seguro dentro de algunos años volverá a vivir otra época dorada, porque su categoría así lo merece. Ellos reviven día a día los espectáculos para que el sueño no despierte y el oeste americano siga siempre vivo. disfrutar del alquiler de cabañas, disfrutar de la barbacoa del restaurante, bañarse en la piscina, pasear en carro gratis o realizar rutas a caballo entre otras actividades. Todo preparado para pasar un día maravilloso, donde sin duda son los niños los más beneficiados. Fue el mítico Sergio Leone quien descubrió estas tierras para el cine en los años sesenta.
Desde entonces se han rodado infinidad de películas en el desierto de Tabernas, como Lawrence de Arabia, El bueno, el feo y el malo o Los siete magníficos, y más recientemente Los Dalton y Lucky Luke o Blueberry. Continuamente el poblado es utilizado para el rodaje de anuncios o cortometrajes utilizando las calles del poblado mexicano, el saloon, la cárcel, el banco... Por allí han rodado los mejores actores del mundo, que han dejado su firma y fotografías en las paredes de los decorados. Peter O´Toole, Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach, Yul Brynner, Steve McQueen, Claudia Cardinale, Henry Fonda, Carmen Maura, Harrison Ford, Charles Bronson... la lista sería interminable. Todavía se recuerdan por ejemplo los chistes de Chiquito de la Calzada durante el rodaje de Condemor, toda una hilarante parodia del mundo del oeste.
Pero son los especialistas los que no dejan morir Fort Bravo, un escenario que seguro dentro de algunos años volverá a vivir otra época dorada, porque su categoría así lo merece. Ellos reviven día a día los espectáculos para que el sueño no despierte y el oeste americano siga siempre vivo. un dedo para acabar de caer al suelo. Como en 800 Balas, una película que sin duda fue el mejor homenaje que ha podido hacer la industria cinematográfica española a la desaparecida meca del cine en que se convirtió Almería en los años 1960 y 70. Ahora solamente queda recordar los momentos de oro que vivió el cine en estas tierras y esperar, trabajando para ello, a que vuelvan. Fort Bravo es la mejor oportunidad para ser John Wayne por un día.

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