martes, 8 de enero de 2013

El niño que entiende las estrellas


LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-El joven Neil Ibata, de 15 años, cofirma un artículo con su padre en Nature
Junto con otros 15 astrofísicos demostró por primera vez la rotación de galaxias enanas alrededor de la galaxia de Andrómeda
Un joven estudiante francés de quince años, Neil Ibata, firma junto a otros 16 nombres un estudio publicado esta semana en la prestigiosa revista científica británica Nature. El chaval realizó unas prácticas en el observatorio astronómico de Estrasburgo y participó en el proyecto de su padre, el astrofísico Rodrigo Ibata, de origen boliviano. El resultado de su trabajo es un artículo firmado junto a su padre y otros 15 científicos en la mencionada publicación en el que demuestra por primera vez la rotación de un disco conformado por galaxias enanas alrededor de la galaxia de Andrómeda, según ha informado el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) en un comunicado.
Entre 2008 y 2011, los telescopios Canadá-Francia-Hawai y el estadounidense Keck tomaron millones de imágenes de Andrómeda y de sus galaxias vecinas, pero fue el pelirrojo chiquillo de mirada despierta el primero en apreciar que la mayoría de ellas parecía rotar de forma sistemática en torno a la galaxia madre. «Al principio no entendí bien las implicaciones que eso podía tener», confesaba el joven.
Su padre explicaba en Nature que esas galaxias enanas están de hecho «reunidas en un disco muy plano de más de un millón de años luz de diámetro que gira lentamente alrededor de sí mismo». Rodrigo Ibata ha añadido: «Desde hace algunos años los astrónomos piensan que las galaxias cercanas a grandes estructuras como Andrómeda o la Vía Láctea no están repartidas de forma aleatoria. Yo mismo no estaba convencido porque eso suponía poner en cuestión las teorías existentes sobre la materia negra y la formación de las galaxias. Y esperaba que nuestras observaciones iban a permitir demostrar que las predicciones eran erróneas», relataba.
Pero la agudeza visual del becario de quince añitos aportó la prueba irrefutable de que la intuición era cierta, y Nature ha considerado la revelación tan importante y novedosa como para dedicarle su primera página. Algunos medios franceses, que ayer daban amplia cobertura a la noticia, aventuran que el descubrimiento de los Ibata obligará a replantearse si Einstein y Newton estaban del todo en lo cierto. En cualquier caso, el estudiante, que se declara amante de la ciencia, los vectores y la informática, maneja su salto a la fama con humor y modestia: «No creo que oigan hablar más de mí antes de que pasen 10 o 20 años», ha dicho a diversos medios de comunicación. Preguntado sobre si piensa seguir los pasos de su padre, Neil Ibata respondía: «Me parece que es mejor no hacer exactamente lo mismo que hacen tus padres».
Por su participación en el descubrimiento, Neil Ibata ha tenido el privilegio de ver su nombre aparecer junto a los de su padre y quince astrónomos y físicos de diversos países europeos, Australia, Canadá y Estados Unidos. «Mi padre comenzó a enseñarme matemáticas y la física cuando tenía cinco o seis años, y siempre me ha fascinado», dijo el adolescente, mientras su padre añadía: «Dejó el listón muy alto. Espero que pueda repetir el mismo éxito más tarde... estoy seguro de que lo conseguiremos». El estudio publicado por padre e hijo y sus colegas abre nuevas oportunidades para los astrónomos al repensar algunas de sus teorías de formación de las galaxias. Casi nada

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